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Luis Medina Abascal, durante una entrega de premios en MadridGTRES

Aristocracia en apuros

Luis Medina, el galán ocioso que se cansó de salir en las revistas

El próximo lunes 25 está citado a declarar por la presunta estafa al Ayuntamiento de Madrid con la venta de material sanitario

Reúne todos los atributos para dar lustre a cualquier página de la prensa rosa. Buen porte, rostro agradable, trajes a medida y quizá lo más relevante; su árbol genealógico entronca con la Casa de Medinaceli, una de las casas nobiliarias más antiguas y relevantes de Europa. A Luis Medina, el hijo menor de Naty Abascal y el duque de Feria, la fama le persigue prácticamente desde la cuna. Durante su juventud, encadenó una ristra de sonados romances, como Tamara Falcó o Alejandra Rojas, que le convirtieron en uno de los personajes más buscados por los paparazi. Su presencia era habitual en fiestas, desfiles de moda masculina y exposiciones de arte. Se desenvolvía con gracia y soltura en los photocalls hasta que llegó el día en que lo único que deseaba era desaparecer. Un exilio voluntario que reforzó eliminando su cuenta de Instagram, en la que contaba con 30.000 seguidores. A nivel profesional cerró su agencia de comunicación, RRPP y showroom Show Me, con sede en la calle Génova. En su cartera de clientes figuraban marcas como Óscar de la Renta, Aquazzura, Yliana Yepez o Roberto Diz.

Desde ese momento, poco se volvió a saber de él. Declinaba entrevistas y propuestas para ser imagen de algunas marcas. Se cansó de ser famoso y salir en las revistas. Ahora, a sus 41 años ha saltado a los titulares de la prensa generalista tras su imputación por las millonarias comisiones que cobró vendiendo material sanitario al Ayuntamiento de Madrid, en uno de los peores momentos de la pandemia de coronavirus. Detallaron que Luis Medina contactó con el Ayuntamiento aprovechando que era amigo de un familiar del alcalde de Madrid, José Luis Martínez- Almeida. Según el escrito del Ministerio Público, entró en contacto con el Consistorio «aprovechando su condición de personaje conocido en la vida pública y su amistad con un familiar del alcalde de Madrid». Luis Medina y su socio Alberto Luceño comparecerán el 25 de abril a las 12.30 horas, en el Juzgado de Instrucción número 47 de Madrid.

Durante la pandemia, algunos medios publicaron que había pasado una larga temporada fuera de Madrid, rodeado de naturaleza, leyendo mucho y disfrutando de la soledad. Parece ser que no fueron unos meses tan tranquilos y bucólicos. En mayo de 2020, creó Sextante Trade Mark, dedicada a intervenir en el comercio de productos diversos. La empresa tiene su domicilio social en la lujosa casa de Naty Abascal en el centro de Madrid. El empresario figura además como administrador único en dos sociedades que no tienen actividad.

Naty Abascal, con sus hijos Luis y Rafel Medina, en la inauguración de una exposición en MéxicoCarlos Tischler

El último verano, Luis Medina dividió los meses entre Sotogrande y Marbella, donde navegó a bordo de un velero de 13 metros de eslora y estilo vintage, bautizado como Feria. Una embarcación que sufragó con parte de la comisión que recibió tras la venta de mascarillas al Ayuntamiento de Madrid. El velero, por el que desembolsaron 325.515 euros, está registrado a nombre de una sociedad gibraltareña participada por él y por su hermano Rafa. También adquirió dos bonos de inversión de 200.000 euros cada uno. Medina ha reconocido haber cobrado un millón de euros como comisión de la venta de mascarillas.

Los escándalos de su padre

La infancia de Luis Medina estuvo marcada por la deshonra que causó su padre, el duque de Feria. En agosto de 2001, el portero del palacio sevillano de Casa Pilatos le encontraba muerto por una sobredosis de barbitúricos. Previamente ya se había intentado quitar la vida para huir de unos años tormentosos para él y denigrantes para su entorno y su familia. Desde 1993 a 1998, cumplió pena en prisión por tráfico de drogas y corrupción de menores. Poco antes de entrar en la cárcel, el duque de Feria declaró en la revista ¡Hola!: «Me encantan las mujeres. Son mi única droga. Lo malo es que me gustan las jóvenes y ya voy a cumplir 51 años».

Naty Abascal no quiso que sus hijos, Rafa y Luis, cargaran con la losa del deshonor que había causado su padre y puso rumbo a Reino Unido con ellos en 1994. Aunque ya había firmado el divorcio con el duque de Feria y mantenía una relación con Ramón Calderón, había dos jóvenes que se sentían intimidados por las miradas morbosas, cada vez que el nombre de su padre copaba titulares en los periódicos. Los jóvenes pasaron por varios internados de Londres y Nueva York y ambos estudiaron en Kiski School, un prestigioso centro masculino, en Pensilvania.

Y a pesar de que su madre siempre les advirtió de que un título no da de comer, Luis Medina inició en 2021 los trámites para solicitar el título de marqués de Villalba. Su hermano mayor Rafa heredó el ducado de Feria y el marquesado de Villalba, y recientemente decidió cederle este último. Aunque muchas publicaciones ya se refieren a Luis con este título, la realidad es que aún no es oficial ni se ha publicado el nombramiento en el BOE.