La exmujer de Boris Becker cuenta cómo está pasando el extenista sus primeros días en prisión
La modelo holandesa confiesa que sigue enamorada del que fuera su marido pese a estar separados desde el año 2018
la condena a dos años y medio de cárcel por alzamiento de bienes al extenista alemán Boris Becker por parte de un tribunal de Reino Unido ha sido un gran varapalo. Son momentos muy difíciles para el ex número uno del mundo y ganador de seis Grand Slam y su entorno. Entre ellos, su exmujer, Lilly Kerssenberg, de la que se separó hace unos años pero a la que se mantiene muy unido. En parte por el hijo que comparten, al que le ha tenido que contar que su padre ha entrado en la prisión de Wandsworth (Londres), una de las de las más importantes y grandes del país, y a la cola en condiciones de salubridad y en seguridad.
«No tuve más remedio que romper su corazón el domingo pasado y no le deseo esto a nadie. Fue lo más difícil que tuve que hacer con un niño de doce años. Simplemente no podía entenderlo. Todavía no puede. Me rompe el corazón, pero me convirtió en una 'mamá tigre'», ha confesado en un programa de televisión la modelo holandesa sobre el momento que tuvo que contarle la verdad a su pequeño Amadeus.
Y añade: «La parte más triste es que estos niños ahora están en YouTube e internet, que es cruel. Pero también tiene un sistema de apoyo amoroso a su alrededor. Es curioso y le he dicho que todos cometemos errores». No sabe cómo pudo mantener la compostura en estos últimos días tan difíciles pese a haberse derrumbado cuando anunciaron la condena. Y es que reconoce que sigue amando al extenista alemán pese a que están separados y que él mantiene una relación con Lilian de Carvalho Monteiro: «Sigo siendo en gran medida su esposa. Todavía estamos muy casados y lo hemos estado desde que nos separamos. Desde el principio fue una historia de amor intensa y completa, verdadera. Todos los que nos conocen lo saben».
No ha dudado en hablar de cómo se encuentra Boris Becker desde que ingresó en prisión. Asegura que «está bien», aunque puntualizando que «lo mejor que puede estar en prisión». Y añade: «No es un hotel de cinco estrellas, ¿verdad?».
Becker se encuentra ya durmiendo en el que será su hogar por un tiempo: la prisión de Wandsworth. No es de las mejor consideradas del país, más bien todo lo contrario. Un reciente informe de Instituciones Penitenciarias la califica como una de las peores. Está desbordada por el abuso de drogas y la violencia continuada, además del problema de exceso de presos y roedores.