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Devota, discreta y amante del arte: así es Casilda Ybarra, la mujer con la que se casa El Litri
Procedente de una familia aristocrática sevillana, es experta en arte y gestora cultural
A pesar de que tan solo cien personas serán testigos del enlace, la boda de Miguel Báez El Litri y Casilda Ybarra el próximo sábado 14 de mayo se convertirá en uno de los eventos del año. En primer lugar, porque el torero rehace su vida tras su separación de Carolina Herrera después de casi dos décadas de matrimonio y tres hijos.
De hecho, Miguel está a la espera de conseguir la nulidad matrimonial que le une a la hija de la diseñadora, motivo por el que, a pesar de ser religiosos, se han decidido por una ceremonia civil. Íntima y familiar, esta se celebrará en el Cortijo Carracalejo, finca propiedad del novio situada en Sánlucar la Mayor (Sevilla). Eso sí, contarán también con una misa previa al convite, que se llevará a cabo en el mismo lugar.
Habiendo llevado su noviazgo con la máxima discreción, se espera que la unión se produzca de la misma manera y apenas trasciendan fotografías. Tal y como ha detallado el entorno familiar de Casilda, «nos sorprendería mucho verla en una revista. Se pone muy nerviosa cuando la prensa muestra interés por ella. No es una cuestión de timidez, sino de forma de ser. Ella es una mujer que defiende su intimidad y que nunca se convertirá en un personaje público».
A pesar de que es desconocida para el gran público porque vive bastante alejada de los focos, es una habitual del ambiente aristocrático debido a su familia. Es nieta de los marqueses de Bellamar y entre sus antepasados se encuentra José María Ybarra, uno de los creadores de la Feria de Abril. Por si fuera poco, es hija de Antonio Ybarra Llosent, empresario del popular grupo aceitero y de alimentación, y Casilda de Fontcuberta y Alonso Martínez. Por lo tanto, desciende de una relevante familia de aristócratas de Sevilla, emparentada con otras como los Medinaceli o los duques de Estremera. Su padre, además, guarda una relación muy cercana con Rafael Medina, el duque de Feria, para el que, dicen, que es como un padre.
En el terreno profesional, ha estado siempre vinculada al mundo del arte. Se formó en la Universidad de Sevilla en Historia del Arte y, después, hizo un Máster en Museografía y Exposiciones en la Complutense de Madrid. Tras sus estudios, decidió dedicarse plenamente a la gestión cultural a través de la galería Coll & Cortés de la capital. Además, colabora con la asociación sin ánimo de lucro Factum Foundation Spain y con distintos proyectos de esta índole. En la Bienal de Venecia, por ejemplo, trabajó para la Galería Colnaghi, con un proyecto realizado en la Abazzia di San Gregorio, en el Gran Canal de Venecia, y dirigió la exposición de El Greco que tuvo lugar en Toledo en 2014.
Su círculo íntimo asegura que destaca por la discreción, la sencillez y la pasión por lo que hace. Además, desvela que tuvo pareja durante muchos años, pero la relación se terminó sin pasar por el altar sin tener hijos. Por eso, precisamente, reconocen que la unión con El Litri los ha alegrado tanto. «Se unen dos personas fabulosas, Miki es también un hombre especial. Ahora está volcado en el mundo de los negocios y la empresa, gestiona el patrimonio familiar, pero es un hombre de grandes valores, con muchos amigos y un gran sentido de la lealtad», han comentado a Vanitatis.
Aunque tanto Casilda como Miguel aman el campo y la naturaleza, el matrimonio residirá a salto entre la finca, Sevilla y Madrid. Ella continuará viajando cuando su trabajo lo requiera, pero tiene la intención también de ser mamá y no van a esperar para ello. Los dos son muy familiares y personas con convicciones religiosas.