Rita Hayworth y su trágica vida: la maldición del mito erótico

«Los hombres se van a la cama con Gilda pero se levantan conmigo». Quizás la frase más conocida de Rita Hayworth, pero está cargada de una triste realidad. El mito erótico de los cincuenta en Hollywood se casó cinco veces; luchó contra el alcoholismo, las violaciones de su padre, y durante los últimos años de su vida padeció alzhéimer.

Sin embargo, para innumerables estadounidenses de cierta edad y para los fanáticos del cine de todo el mundo, Rita Hayworth sigue siendo una de esas criaturas del viejo Hollywood que acabó triunfando sin tener intención de ello, una auténtica estrella de cine de la era clásica conocida por su melena pelirroja, su sonrisa reluciente y una mirada tímida tras la que ocultaba los traumas de su pasado.

Rita Hayworth nació en realidad como Margarita Carmen Cansino en Brooklyn, Nueva York, en 1918. Su padre hispanoamericano, Eduardo Cansino, había sido la mitad de un famoso dúo de vodevil: The Dancing Cansinos. Su madre, Volga Hayworth, era parte de Ziegfeld Follies. Con tanto talento para el baile en la familia, no sorprende que Rita aprendiese antes a bailar que a andar. Mientras la mayoría de los niños llevaban una existencia despreocupada y pasaban sus días jugando, ella tenía una vida que giraba en torno a extenuantes lecciones de baile. Su madre quería que se convirtiera en actriz, pero su padre solo tenía un sueño: verla como bailarina profesional. Su deseo prevaleció y, con el tiempo, formó parte de una producción de Broadway.

Augurando el futuro éxito de su hija, se mudó con su joven familia a California. Cansino, un fracaso en las películas debido a su pobre inglés, comenzó a sacar a su hija, Margarita, o Carmen, como él la llamaba, de la escuela para bailar como su pareja en los escenarios de los casinos de Tijuana. Al decirle a la gente que ella era su esposa, tiñó el cabello de la niña de negro, le puso lápiz labial escarlata en la boca y la vistió con ropa llamativa y sexy. El abuso sexual continuó en privado. Cansino la explotó aún más al presentarla a productores de cine como Joe Schenck. Su aparición en la película de Fox Dante's Inferno, con su secuencia de baile sensual la llevó a ser elogiada por la prensa del momento y llamando la atención de Eddie Judson.

La diferencia de edad de más de veinte años no supuso ningún problema para que quisiera casarse con ella. Al igual que su padre, Judson vio a la niña como, en sus propias palabras, «una inversión». Incluso exigió que Cansino le entregara el dinero ganado previamente. Judson le consiguió un contrato de estrella de siete años en Columbia Pictures y la obligó a teñirse el pelo de castaño rojizo y alisarse la línea del cuero cabelludo con electrólisis.

También alquiló vestidos para ella, la llevó a clubes nocturnos, pagó a fotógrafos de prensa para que le tomaran fotos, fabricó premios para ella y respondió a todos los comentarios dirigidos a ella. Hayworth agradeció en silencio su «protección», probablemente creyendo que ella no podía cuidar de sí misma. Su esposo la amenazó repetidamente con maltrato físico y ofreció su cuerpo a cualquier hombre que pensara que la haría avanzar su carrera.

Años más tarde, al ver la famosa fotografía pinup de Life, Orson Welles decidió casarse con ella, y así lo hizo en 1943. La dirigió más tarde en la aclamada película La dama de Shanghái. Sin embargo, las necesidades emocionales de Hayworth hicieron que Welles se sintiera incómodo y comenzase a engañarla regularmente con prostitutas y otras actrices, incluida Judy Garland.

El disoluto príncipe Aly Khan también se enamoró de la imagen de Hayworth. El playboy internacional de la década de 1940, fue famoso por su riqueza, sus caballos de carrera y su vida amorosa. Le pidió a Elsa Maxwell, la anfitriona de una fiesta en la que todos coincidieron, que le presentara a la glamurosa estrella. El príncipe todavía estaba casado, y su noviazgo, matrimonio y posterior divorcio de Hayworth, publicado internacionalmente, fueron algunos de los factores que finalmente llevaron a su padre, Aga Khan, a rechazar a su hijo como su heredero y designar a su nieto para que lo sucediese.

Después de su divorcio de Aly Khan en 1951, la vida de Hayworth fue cuesta abajo rápidamente. Las batallas por la custodia de sus hijas por parte de Welles y el príncipe fueron amargas y públicas. Mientras tanto, también se casó con el cantante Dick Haymes, ampliamente conocido en Hollywood como Mr. Evil, quien se aprovechó económicamente de ella.

Con el tiempo, empezó a beber mucho y los arrebatos irracionales se hicieron comunes. Para 1962, cada vez le resultaba más difícil recordar los diálogos. Pareció quedarse en blanco; una vez ni siquiera reconoció a su exesposo Orson Welles cuando este la saludó con un beso. En 1980, a la edad de 62 años, finalmente fue diagnosticada como víctima de Alzheimer, una condición menos conocida entonces que en la actualidad. Su hija favorita, la princesa Yasmin Khan, se convirtió en su tutora legal y cuidó amorosamente a Hayworth hasta su muerte en mayo de 1987.