La Reina Isabel II, el pasado 23 de mayo en Chelsea
El avión de la Reina Isabel II, atrapado en una tormenta
Después de 15 angustiosos minutos dando vueltas por el aire, el piloto pudo intentarlo una vez más y consiguió aterrizar con éxito en Londres
La Reina Isabel vivió ayer momentos de angustia. El avión privado que la trasladaba de Aberdeen (Escocia) a Londres para los festejos de su Jubileo de Platino tuvo graves problemas por la climatología adversa. El fuerte granizo y los rayos impidieron que aterrizase en la capital de Reino Unido, como así estaba previsto.
En el interior del aeroplano de 13 plazas se vivieron momentos de miedo ante la incertidumbre de no saber cómo terminaría todo. También la madre del príncipe Carlos, que se encuentra bien y tranquila, como así confirmó el palacio de Buckingham horas después.
Después de 15 angustiosos minutos dando vueltas por el aire, el piloto del avión pudo intentarlo una vez más y consiguió aterrizar con éxito en Londres, sin lamentar ningún daño personal ni material. Previamente había tratado de hacerlo, aunque tuvo que abortar por suponer un riesgo para los pasajeros. Tuvo que esperar a que el tiempo mejorase para poder dirigir el avión a tierra firme.
«En circunstancias como esta, no se arriesga y fue correcto abortar el aterrizaje durante la caída de un rayo», dijo una fuente al periódico The Sun. Una vez aterrizaron, la Reina Isabel II fue recogida en su Range Rover verde oscuro y llevada a Windsor para que pudiera descansar del pesado vuelo junto a su corgi, que viajó con ella. Fue fotografiada saludando a través de la ventanilla de su coche a unos niños que aguardaban ansiosos ver a la Reina.
Tendrá que coger fuerzas para los largos días que le esperan por delante por las celebraciones por su Jubileo de Platino. Acompañada por la Familia Real británica al completo, festejará sus 70 años en el trono. No faltarán el príncipe Harry y Meghan Markle, y conocerá por fin a su nieta Lilibet, justo un año después de su nacimiento. Hasta ahora solo la ha podido ver en fotografías y en alguna que otra videollamada que ha hecho con el matrimonio que reside en Estados Unidos desde que decidió abandonar Londres en busca de una vida más tranquila y sin prensa amarillista de por medio.
El plato fuerte de los festejos será el desfile Trooping the Colour, donde la Familia Real británica se deja inmortalizar cada año en el balcón del palacio de Buckingham. Sin embargo en esta ocasión podría ser todo muy diferente. No hay confirmación oficial pero se dice que ni el príncipe Harry ni su tío Andrés tendrán hueco en esa idílica imagen después de los acontecimientos vividos en los últimos meses.