Durante más de tres décadas, el arranque del verano lo marcaba Ana García Obregón, con su posado a pie de playa. Lo planteó como una suerte de pacto con los periodistas. Ella accedía a regalarles unas imágenes al principio de temporada, y a cambio, pedía que respetasen su privacidad y la de su hijo Aless. Aunque no siempre lo conseguía. Con una personalidad arrolladora, sus sesiones eran de lo más divertidas. «¿Así, os vale esta, necesitáis más?», les preguntaba a los fotógrafos. Las revistas disparaban las ventas con sus fotos, porque Ana Obregón era un más en los hogares españoles, al frente de programas como 'Qué apostamos', series emblemáticas como 'Ana y los siete' y muchas históricas noches de Fin de Año. También presentó espacios difíciles, como el concierto homenaje a Miguel Ángel Blanco, en 1997, para recaudar fondos para la Fundación Miguel Ángel Blanco. Esta imagen corresponde al mes de junio de 2011, en Marbella.