Boris Johnson y sus polémicas vacaciones en Grecia
El aún inquilino de Downing Street disfruta de su segundo descanso del verano, mientras en Reino Unido la inflación se dispara al 10,1 % y una huelga ferroviaria paraliza el país
Dispuesto a dar la nota hasta el final y fiel a la impronta que ha definido todo su mandato, Boris Johnson reposa bajo el sol de la isla griega de Evia con su esposa Carrie y sus dos hijos en común, en sus segundas vacaciones del verano, ajeno a la inflación galopante que asfixia Reino Unido. A sus 58 años, ha sido fotografiado en la playa, con un bañador negro que deja entrever su michelín níveo, realizando unos estiramientos, solo una semana después de regresar de su luna de miel tardía en un spa en Eslovenia.
Los presentes en la recóndita playa griega describieron el comportamiento del primer ministro como «distante» mientras leía un libro, bajo un calor abrasador, mientras su hijo Wilf chapoteaba en el agua. «No tengo idea de cómo Boris encontró esa playa, incluso los locales que han vivido aquí durante años no la conocen», declaró un testigo a The Sun. «Es un lugar maravilloso, pero no había sombra bajo ese calor de 34 grados, por lo que no pudo haberse quedado allí mucho tiempo con sus hijos», añade.
En las imágenes también se puede ver al primer ministro bailando en un restaurante con vistas al mar Egeo. Esa misma mañana fue retratado con su esposa Carrie en un supermercado de Nea Makri, una ciudad costera cerca de Atenas. El padre de político, Stanley Johson, tiene una villa a pocas horas de distancia en Horto.
Crisis económica y social
Los días de sol y playa de Boris Johnson coinciden con un momento crítico para Reino Unido. Por primera vez en 40 años, la inflación se ha disparado a dos dígitos, 10,1 %, y los trabajadores del ferrocarril lideran desde este jueves una gran huelga para reclamar mejores salarios, ante el aumento de la inflación y la reducción del poder adquisitivo.
El portavoz del primer ministro declaró que será contactado cuando haya que tomar «decisiones urgentes», según The Guardian. «Como pasa con los primeros ministros, se les mantiene informados de los asuntos urgentes y toman decisiones especialmente relacionadas con la seguridad nacional, por ejemplo».
Cuando hace algo más de una semana, el Banco de Inglaterra anunció la mayor subida subida de los tipos de interés desde 1995 y pronosticó una recesión a partir del cuarto trimestre de este año, el bueno de Boris se encontraba de luna de miel con Carrie Symonds. El matrimonio disfrutó de una semana en Vila Planinka, en las remotas montañas de Eslovenia.
Los laboristas subrayaron que Johnson se estaba «riendo» de los británicos sumidos en una gran crisis del costo de vida. Algunos se plantean si no podría haber postergado su descanso hasta después del 6 de septiembre cuando abandone formalmente el cargo y le sustituya Rishi Sunak o la favorita Liz Truss. Solo por una cuestión de imagen. Aunque a él nunca le importó demasiado.