Crónical social de la semana
La metedura de pata de Victoria Federica
Es una joven con estilo, gracia y simpatía, pero le faltan tablas para lidiar con la prensa cuando algo no sale según lo previsto
Sobrellevar la fama no resulta tarea fácil, aunque sí es fácilmente regulable el grado de interés que uno quiere suscitar. El ejemplo claro lo tenemos en los hermanos Marichalar Borbón. Felipe ha desaparecido del mapa y Victoria emerge como estrella omnipresente en todos los saraos. Debe ser consciente de que si posa para la portada de ¡Hola! subida en un caballo para anunciar que ha tomado las riendas de su vida, publica cada paso que da en Instagram y se sienta en el front row de los desfiles más cotizados, el día en que pise la alfombra de un photocall los periodistas tratarán de arrancarle alguna declaración. Victoria de Marichalar desembarcó en la gala de Starlite contrariada porque Gunilla von Bismarck había elegido el mismo vestido de Amén Style que ella. La pregunta era obligada. ¿Has visto que otra invitada lleva el mismo traje? Vic frunció el ceño y huyó de las cámaras.
Una actitud que le han criticado en todos los medios y que evidencia que a sus 21 años le faltan tablas para lidiar con la prensa. Su tía la Reina Letizia ha coincidido con el mismo vestido que otra invitada en una entrega de premios y salió del paso airosa con una sonrisa, naturalidad y restando importancia a la coincidencia. Victoria de Marichalar es una joven espigada con estilo, gracia y simpatía, siempre que se encuentra en su círculo de confianza. Al finalizar la gala, Victoria aguardaba su coche Ford para bajar de la cantera de Nagüeles. «María Victoria, ¿cómo lo has pasado? Soy vecino de tu padre, en Madrid, ¿cómo estás?», le preguntó un periodista de motor al que ella no tenía fichado. Contestó amablemente y sonrió. Se hizo selfies con quien se lo pidió y desapareció su gesto arrugado del photocall. Poco a poco, cuando gane confianza, exhibirá realmente quién es incluso con cámaras de por medio.
Las lágrimas de Urdangarin
¿Llora Iñaki Urdangarin o se le ha metido algo en el ojo? La portada de Diez Minutos resulta, sin duda, la más impactante de esta semana. Las imágenes fueron tomadas el 28 de julio por un fotógrafo de la agencia Gtres a la puerta del despacho de abogados Imaz Asociados, donde conoció a Ainhoa Armentia. Un lugar poco discreto por donde siempre rondan los paparazzis.
Las teorías que se han lanzado sobre su llanto apuntan tanto a los flecos de su divorcio con la Infanta Cristina, aún sin firmar, como a su vulnerabilidad tras su etapa en la cárcel. Su nueva relación con Ainhoa Armentia tampoco ha resultado un camino de rosas y ya atraviesan varias crisis cuando apenas cumplen medio año de amor.
¿Quién era Elena Tablada?
Elena Tablada aterrizó en el starsystem de la mano de David Bisbal. Sus caminos se cruzaron en 2005 en un avión; ella le pidió un autógrafo para su hermana. Aquello derivó en varias citas en Miami, un noviazgo y el nacimiento de su hija Ella en 2010. Un año más tarde se separaban y comenzaba una guerra bien reflejada en las revistas.
Esta semana, Elena vuelve a ser noticia por su separación de Javier Ungría tras cuatro años de matrimonio y una hija en común, Camilla, que nació en 2010. La diseñadora de joyas es uno de esos personajes que solo habla de su vida con chequera de por medio y probablemente, no tardemos en verla hacer caja con esta separación temporal.
Gina Lollobrigida y su carrera al senado italiano
Gina Lollobrigida quiere hacerle la competencia a Joe Biden, y a sus 95 años, ha anunciado que se va a presentar a las elecciones italianas. Se postula como candidata al Senado como cabeza de lista en tres distritos electorales -Lazio, Sicilia Oriental y Véneto- en la coalición Italia Soberana y Popular, cuya ideología es antisistema, comunista y euroescéptica.
La diva de Hollywood confiesa que está «cansada de oír a los políticos discutir entre ellos sin llegar nunca a ningún lado». Por esto ha tomado la decisión de «hacer algo bueno y positivo» por su país. De hecho, su único objetivo es el bien de Italia. A esta aventura la ha empujado el abogado que la defiende en su batalla con su hijo Milko Skofic por la fortuna familiar. Este acusa al secretario personal de la diva de gastarse el dinero aprovechando su avanzada edad. Ella siempre ha defendido su lucidez.