A diferencia de la mayoría de los excónyuges de la realeza, la Duquesa procede de un entorno no aristocrático. Aunque en su día provocó algunos comentarios crueles durante su noviazgo –su familia fue calificada como Middle Class Middletons–, se ha convertido en uno de sus activos porque significa que la gente puede relacionarse con ella, algo que quieren potenciar en el futuro. «Aporta esta conciencia pragmática de lo que es pertenecer a una familia decente y con los pies en la tierra», explicó a People el antiguo secretario privado de la pareja, Jamie Lowther-Pinkerton.