Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina: una separación a las puertas del divorcio
Encuentros inesperados, reapariciones de lo más buscadas y una cuenta pendiente a la espera de ser resuelta. Así han vivido los exduques de Palma los siete meses tras el anuncio de su ruptura
Tic, tac… empieza la cuenta atrás. Dentro de unas horas, Telecinco emitirá uno de los especiales más esperados de los últimos meses. Cristina de Borbón, rota de amor, ha llegado a la parrilla televisiva de Mediaset con un único fin, realizar un exhaustivo repaso por la relación y la posterior separación de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin revelando, además, informaciones inéditas que hasta ahora nunca habían visto la luz.
Será esta misma noche, a las 22:00 horas, cuando podamos conocer nuevos y, al parecer, trascendentales datos que nos ayudarán a entender todo lo sucedido en una relación que ha culminado con un final un tanto amargo y envuelto en polémica. Los entresijos de una historia de amor que, desde su inicio, muchos consideraron que estaba destinada al fracaso.
«De común acuerdo, hemos decidido interrumpir nuestra relación matrimonial. El compromiso con nuestros hijos permanece intacto. Dado que es una decisión de ámbito privado, pedimos el máximo respeto a todos los que nos rodean». Estas fueron las palabras con las que la hija del Rey Juan Carlos y el exduque de Palma anunciaron, el pasado 24 de enero y de manera oficial, su separación. Un comunicado difundido por la Agencia EFE, que llegó tan solo unos días después de conocerse la relación extramatrimonial que el exbalonmanista mantenía con Ainhoa Armentia, una compañera de trabajo de la que sigue profundamente enamorado y con la que fue fotografiado paseando de la mano por las playas de Bidart. El principio del fin.
Tan solo unos días después de confirmarse el previsible final de la relación entre la Infanta y el guipuzcoano, se supo que la misiva fue preparada por el todavía matrimonio durante un viaje que Iñaki realizó a Suiza en los días posteriores a la difusión de las que muchos consideran sus imágenes más comprometidas y que, además, parece que empleó para dar a su mujer las explicaciones pertinentes ante la presencia de, al menos, dos de sus cuatro hijos.
Desde aquel comunicado oficial, fueron varias las semanas que transcurrieron hasta que pudimos ver por primera vez a la Infanta Cristina tras el estallido de la polémica, ya que esta decidió refugiarse en su casa de Ginebra con la única compañía de su hija Irene. La hermana del Rey Felipe VI fue localizada en el aeropuerto antes de coger un vuelo rumbo a Abu Dabi para visitar a su padre, el Rey Juan Carlos. Eran las imágenes más buscadas por los medios de comunicación, pero solo la revista ¡Hola! las consiguió. En ellas, la Infanta aparecía observando su teléfono móvil a la espera de que abrieran la puerta de embarque, y luciendo un rostro visiblemente serio, que camufló con la pertinente mascarilla y unas gafas de ver. La sorpresa fue que la hermana de la Infanta Elena seguía llevando su alianza de casada, una joya de la que todavía no ha querido desprenderse, pues se la ha podido seguir viendo en sus últimas reapariciones públicas.
Pasados unos días, la revista ¡Hola! anunció que Iñaki y la Infanta volvieron a verse las caras en Barcelona después de que esta regresase de visitar a su progenitor. Y es que, aunque de este encuentro apenas trascendieron detalles, lo que sí se supo es que ambos mantuvieron la que entonces señalaron como la conversación definitiva.
Así, mientras que la Infanta trataba de pasar el duelo en la más estricta intimidad y con el apoyo incondicional de sus hijos, Urdangarin se recluía diariamente en el despacho de abogados Imaz & Asociados en el que también trabajaba su expareja. Entraban y salían de la oficina por separado, pero hubo un día en el que fueron pillados juntos en el interior de un centro de yoga. Las escapadas fugaces de los enamorados no han parado de sucederse a lo largo de todos estos meses, pues han sido varias las veces en las que han sido vistos disfrutando de intensas jornadas playeras en la costa francesa.
Todo parecía estar acabado entre la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin hasta que Sálvame se hizo eco de que el exduque de Palma y la hija del Rey Juan Carlos mantuvieron un encuentro íntimo y privado en Ginebra el día 22 de marzo. Según reveló un testigo presencial, el todavía matrimonio paseó de la mano por el centro de la ciudad, mientras mantenía una aparentemente interesante conversación. Un hecho que propició los rumores sobre una posible reconciliación que, finalmente, nunca ha llegado a producirse.
Cuando parecía que el revuelo ya se había apaciguado, Doña Cristina decidió volver al trabajo protagonizando así, una de sus reapariciones más esperadas. Como era de esperar, esta dio mucho de qué hablar, puesto que, además, la exduquesa de Palma lució una imagen de lo más favorecedora y renovada. Tal y como publicó la revista Lecturas, la hija de la Reina Sofía había decidido dejar atrás una de sus etapas más convulsas y centrarse en su nueva vida. De este modo, además de quitarse la distintiva verruga que tenía en el rostro, la hermana de la Infanta Elena presumió de un aspecto físico más cuidado, fruto de sus entrenamientos deportivos y de un drástico cambio de look al que se sometió en su peluquería de confianza.
Pronto llegaron los rumores de crisis entre Urdangarin y Armentia, pero lo cierto es que la pareja ha querido aprovechar el verano para demostrar que lo suyo sigue yendo viento en popa. Ambos han disfrutado de varias escapadas a la playa, aunque también se han ido de vacaciones por separado junto a sus hijos. Lo mismo ha hecho la Infanta Cristina, que, sin miedo a enfrentarse a los recuerdos del pasado, puso rumbo a Bidart hace varias semanas, asegurándose, eso sí, de que Iñaki ya no estaba por allí.
Este ha sido su primer verano separados y, aunque la mayoría de las veces les hayamos visto felices y sonrientes, lo cierto es que la separación y el proceso de divorcio en el que todavía sigue inmerso el matrimonio, parece que ha terminado pasando factura al exduque de Palma. Hace varias semanas, el guipuzcoano fue visto llorando desconsoladamente en el interior de su coche y acompañado por Ainhoa Armentia. Aunque se desconocen los hechos que propiciaron las lágrimas del exjugador de balonmano, las diversas teorías planteadas en los últimos días dejan caer todo el peso en el divorcio de la Infanta Cristina, así como en la presión mediática a la que Iñaki se ha visto sometido a lo largo de todos estos meses.
Sea como fuere, Estados Unidos le esperaba, ya que allí era donde iba a acudir a la boda de sus sobrinos. Todo hacía presagiar que el exduque de Palma cruzaría el Atlántico junto a sus cuatro hijos con el único propósito de ver a sus familiares pasar por el altar y, aunque tuvo intención de hacerlo, según Vanitatis, este tuvo que renunciar a ello tras no conseguir el permiso necesario para poder irse dos semanas al extranjero.
Él tuvo que quedarse en España, pero, según el citado medio, quien no lo hizo fue la Infanta, que, aprovechando la ausencia de expareja, decidió volar hasta Chicago junto a sus hijos para disfrutar de estos dos eventos familiares en compañía de los Urdangarin, con los que se sabe que continúa manteniendo una estupenda relación.
Poco más ha trascendido de los intensos ocho meses que han pasado desde que Cristina e Iñaki anunciaron el fin de su matrimonio. Ahora, solo les queda dar un último paso: firmar el divorcio. Una cuenta, todavía pendiente de resolver, que, por el momento, se desconoce cuándo llegará.