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Con la bata puestaIsabel Rojas Estapé

Nos gustan las historias de amor

Las infidelidades se han convertido algo habitual. Si bien, la frecuencia no disminuye el dolor

Actualizada 10:46

Hay una parte de nosotros que necesitábamos que la historia de amor de Tamara saliera bien: en mayor o menor medida, hemos seguido sus pasos, las andanzas de un amor que empezó de forma incierta y todos queríamos que la princesa del corazón tuviera también su historia de amor con un final feliz. Pero no, no ha podido ser y desde entonces todos de una u otra forma nos vemos reflejados en ella.

No conozco a nadie que no quiera ser querido. Ahora bien, lo que nos tenemos que plantear es si estamos dispuestos a hacer lo que tenemos que hacer por amor. Pues no solo basta con querer, sino cuidar el amor. Un cuidado que requiere de tiempo, detalles, complicidad y renuncias. Pero siempre por un bien mayor que es querer y amar a la otra persona. Por desgracia, las infidelidades se han convertido algo habitual. Si bien, la frecuencia no disminuye el dolor, y sin duda saber que tu prometido ha fallado en eso, permite a Tamara que haya actuado como lo ha hecho y de ahí que la sociedad le apoye.

Tamara se ha hecho querer: desde el principio se ha mostrado como es. Quizás a algunos gustase más o menos, pero siempre ha sido una mujer cercana que no escondía sus gustos, su vida o con qué disfrutaba. Siempre ha estado ahí. De una u otra forma, la hemos visto cambiar, evolucionar en definitiva, crecer.

Ha sido esa chica que muchos creían que no tenía criterio propio y que se escondía siempre bajo la sombra alargada de una madre casi omnipresente, querida y no tan querida por partes iguales en España. Hemos visto a Tamara desde pequeña ser protagonista de muchas y variadas noticias, pero su culmen llegó cuando entró en Materchef. Ahí se ganó la aceptación de mucha gente y el corazón de otros tantos. Entre fogones, chuchillos, ingredientes y sartenes, Tamara demostró que era más que una cara bonita o que una niña a la que siempre servían.

Y entonces llegó él. Su anhelado amor. La pareja que saciaría todos esos deseos que ella siempre había guardado en su corazón. Probablemente, él no cumplía parte de esas ensoñaciones, pero en definitiva encontró en él esa persona en la que volcar todo ese amor que ella es capaz de dar. Pero ese amor se vio truncado pocas horas después de anunciar que se casaban. Y ese varapalo lo ha sufrido media España. Y es que todo necesitamos historias bonitas. Historias en las que creer y soñar. Y sin duda la historia de Tamara nos ha hecho soñar.

Nos ha hecho soñar pensando que efectivamente ella había encontrado a ese chico que la quería, con la que formaría una familia y con la que ella sería feliz. Todos soñamos con que ella lo conseguiría. Y sin embargo no ha sido así. Él le ha sido infiel y por desgracia (digo por desgracia porque a nadie le haría gracia) aquí se terminó el cuento de hadas.

Pero la moraleja de este cuento, nos puede servir a todos que de una u otra forma nos hemos visto reflejados y nos hemos dado cuenta que, da que da igual que seas la princesa del corazón, la mejor cocinera de España o la mujer más guapa, que los sueños muchas veces no se cumplen.

Pero como dice ella: «Confío en Dios. Si esto ha pasado es por algo y por tanto solo puede ser para bien». ¡Enhorabuena Tamara, eres un ejemplo!

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