La familia Primo de Rivera teme que el Valle de los Caídos se convierta en un Disneyland de la Memoria
Los sobrinos nietos del fundador de la Falange trasladarán los restos mortales para evitar el circo mediático y el enfrentamiento que buscaba el Gobierno
A la familia Primo de Rivera nunca le ha interesado acaparar el foco ni generar titulares. Tampoco sembrar el conflicto. Esta semana su decisión de exhumar personalmente los restos de José Antonio Primo de Rivera y Sáenz de Heredia del Valle de los Caídos les ha devuelto al primer plano informativo. El duque de Primo de Rivera, Fernando Primo de Rivera, y representante de la familia, firma el comunicado en el que establecen que «el proceso de exhumación debe permanecer y permanecerá dentro de la estricta intimidad familiar, sin que pueda convertirse en una exhibición pública propensa a confrontaciones de ninguna clase entre españoles». Los descendientes de José Antonio ya han solicitado las licencias correspondientes al Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial.
Había una inquietud entre los sobrinos nietos del fundador de la Falange desde que la exvicepresidenta Carmen Calvo anunció su proyecto de sacar adelante la Ley de Memoria Democrática, que entrará en vigor la próxima semana con su publicación en el BOE. El Gobierno nunca se puso en contacto con ellos ni les informaron de sus planes. Con el plan de desacralizar el Valle de los Caídos y convertirlo en un cementerio civil, ellos mismos han tomado la decisión de trasladar los restos mortales, adelantándose a una orden o acción gubernativa. Quieren cumplir con la voluntad del testamento de José Antonio Primo de Rivera, en cuya cláusula establece: «Deseo ser enterrado conforme al rito de la religión Católica, Apostólica, Romana, que profeso, en tierra bendita y bajo el amparo de la Santa Cruz».
Una jugada inteligente, que evitará un show como el de TVE retransmitiendo en directo el vuelo del helicóptero con los restos de Franco. Los Primo de Rivera sospechan que el Valle de los Caídos pueda convertirse en un parque temático, un Disneyland de la Memoria, según deslizan fuentes del entorno familiar.
Por motivos de seguridad, no van a desvelar el lugar donde enterrarán a su tío abuelo. La familia también ha aprovechado para criticar que se les arrebate los títulos nobiliarios del ducado de Primo de Rivera o condado del Castillo de la Mota.
Generación actual
La decisión ha sido tomada de forma unánime por toda la familia. ¿Quiénes son y a qué se dedican? El portavoz Fernando es el mayor de los nueve hijos que tuvieron Miguel Primo de Rivera y Urquijo –nieto del general Miguel Primo de Rivera y sobrino de José Antonio– y María Oriol de Bustamante. Fernando Primo de Rivera solicitó la sucesión del ducado de Primo de Rivera, tras la muerte de su padre Miguel en 2018. Fernando trabaja como asesor financiero e inició su carrera como director general de The Chase Manhattan Bank ahorro SGIIC en la década de los noventa. El segundo hermano es Pelayo, conde del Castillo de la Mota, vinculado al negocio textil y amigo del Rey.
A pesar de que Fernando es quien ostenta la representación de la familia, el rostro más visible del clan es el relaciones públicas jerezano Michi Primo de Rivera, quien trabaja en la agencia RPA de Marketing y Comunicación. Durante una temporada formó parte del elenco de tertulianos del programa de Ana Rosa Quintana. Es un gran aficionado al golf y a los veranos en El Puerto.
Su hermana Rocío es periodista y escritora y trabajó durante varios años para el periódico ABC. Los cinco hermanos pequeños son Bosco, María, Cosme, Damián e Inés.
En la generación actual de los Primo de Rivera, también figuran los cuatro hijos de Fernanda –hermana de Miguel Primo de Rivera y Urquijo– y Juan Manuel Sainz de Vicuña y Soriano. El comunicado además estaba suscrito por las familias Peche Marín-Lázaro, Díez Peche, Peche Moreno y Anós Peche.