El italiano que empezó sirviendo agua y terminó liderando un imperio: Paolo Vasile vuelve a casa
El consejero delegado de Mediaset España se marcha para iniciar una nueva etapa en Italia junto a su mujer y a sus tres hijos
Paolo Vasile se ha convertido en uno de los protagonistas de la semana después de salir a la luz que Mediaset España había decidido relevarle de su puesto de consejero delegado, el cual ha desempeñado durante más de dos décadas al frente del conglomerado de cadenas españolas pertenecientes al laureado Silvio Berlusconi.
Él no tenía pensado dejar la compañía hasta principios de 2023, y por ello no había dicho nada hasta ahora. Le hubiese gustado haber sido él quien anunciara su retirada, pero alguien se le adelantó: «Alguien ha querido darme un golpe, como una venganza», expresó el CEO.
Pese a ello, tal y como ha reconocido en una entrevista concedida a El Mundo, no todo lo publicado es cierto, pues, al parecer, su salida se debe a una decisión propia en la que no han intercedido ni la familia Berlusconi, ni menos aún las audiencias: «El acuerdo viene de atrás, pero no se trata de un despido», ha explicado. «El último miércoles de julio comuniqué a los consejeros italianos esta decisión», ha añadido.
Según él, los principales motivos que le han llevado a dejar el trabajo que lleva desempeñando durante más de 20 años no son otros que su edad y su intención de volcarse en su familia, su pilar fundamental: «Voy a cumplir 70 años y quiero pasar algo de tiempo con mi mujer. Lo último acordado sería a finales de 2022», ha apostillado.
La gran mayoría de los españoles han escuchado hablar alguna vez de Paolo Vasile, sabiendo que es el CEO de Mediaset. Sin embargo, casi nadie conoce la fascinante vida que se esconde tras esa imagen de hombre estricto, riguroso y algo perfeccionista.
Más allá de sus compromisos profesionales al frente del grupo de comunicación, Paolo también arrastra a sus espaldas una historia personal desarrollada, en su mayor parte, en Italia, su país natal y el destino al que viaja cada fin de semana al finalizar la semana laboral para reencontrarse con su familia, que actualmente continúa residiendo en Roma.
Ya es tiempo de centrarse en la que siempre ha sido su prioridad. Sin embargo, fue su esposa, Annalisa, a quien le unen 51 años de matrimonio y tres hijos en común, los cuales dos de ellos han querido seguir sus pasos al dedicarse al cine y a la televisión, la que le animó a adentrarse en esta aventura. Durante cuatro años, la familia al completo trasladó su residencia a Madrid, pero, pasado este tiempo, decidieron regresar a su tierra natal para iniciar una nueva vida en un entorno más acorde con todos ellos.
Paolo Vasile nació en Italia en el seno de una familia acomodada. Su padre, Turi Vasile, era productor, guionista, director y propietario de Ultra Films, una compañía que llegó a cosechar grandes éxitos antes de terminar con toda la fortuna de los Vasile tras rodar la película de Roma. Corría el año 1972 y a la familia no le quedó más remedio que abandonar la lujosa casa en la que había residido durante los últimos años, para instalarse en una más modesta ubicada en un barrio mucho más humilde.
Fue entonces, en su último año de institutom, cuando conoció a su mujer, con quien enseguida inició una relación sentimental que han ido fortaleciendo con el paso de los años. Por aquel entonces, Paolo era un adolescente encaprichado en estudiar Antropología, Solfeo y Armonía. Lo hizo, pero nunca llegó a ejercer de ello, pues, cuando su padre decidió dejar la producción para centrarse en la escritura, su verdadera pasión, fue él quien quiso continuar su legado probando suerte en el sector cinematográfico. Empezó sirviendo agua a los actores, más tarde pasó a ser ayudante de producción y, pasado un tiempo, ya estaba produciendo películas de gran éxito.
Una vez alcanzados los 30 años, Silvio Berlusconi vio en él la pieza que le faltaba para llevar su grupo de comunicación a lo más alto y, aunque a Vasile nunca le había llamado la atención la televisión, empezó a trabajar en Canale 5. Años después, le surgió la oportunidad de sustituir a Maurizio Carlotti en Madrid y, tras un largo periodo de reflexión y varias conversaciones con su esposa, aceptó la propuesta.
De pronto, su vida dio un giro inesperado de 180 grados, pero ahora Paolo está a punto de protagonizar una deseada vuelta a casa que, sin duda, marcará el fin de una era televisiva grabada para el recuerdo.