El mensaje oculto tras el extraño diamante de Charlene de Mónaco
La Princesa ha reaparecido en Nueva York con un collar cargado de significado con el que ha rendido homenaje a Grace Kelly
Silenciados los rumores de separación con el Príncipe Alberto y repuesta de una larga enfermedad, Charlene de Mónaco ha reafirmado su papel como princesa. Su mirada triste y perdida ha dado paso a un semblante mucho más relajado, reflejo de su seguridad. Cumple escrupulosamente con su agenda oficial y se desenvuelve con más soltura que nunca ante las cámaras. Esta semana ha viajado a Nueva York junto a su marido para participar en la ceremonia de entrega de los Premios de la Fundación Princesa Grace. Una edición con un especial significado puesto que este año se cumplen 40 años de la muerte de la madre de Alberto de Mónaco en aquel misterioso accidente de tráfico.
Durante el acto celebrado en el 583 Park Avenue, todas las miradas se dirigieron al exclusivo collar La Vie en Rose que lucía la Princesa. Una pieza montada por el joyero de la Place Vendôme Lorenz Bäumer y que hasta ahora nunca se había mostrado en público. Lo más llamativo de la joya es una piedra rosa, tallada por la Maison Mazerea y que se conoce como el Diamante Grace.
Charlene quiso en primer lugar hacer un homenaje a su difunta suegra y además mandar un mensaje de fuerza y optimismo. Las dos mujeres atravesaron un sinfín de complicaciones para adaptarse a los rígidos corsés del Principado y cumplir con lo que se esperaba de ellas como princesas.
El ‘Diamante Grace’ fue hallado en Argyle, la mina de diamantes más grande del mundo, en Australia. Tras casi cuatro décadas surtiendo al mundo de la joyería, especialmente los rosas, permanece cerrada desde noviembre de 2020. «De notable belleza natural, cada faceta de la piedra ha sido perfectamente posicionada, cortada y pulida a mano por maestros artesanos para revelar un brillo extraordinario… como si estuviera iluminado desde dentro», explican desde la casa de joyería.
Pero lo más sorprendente es el futuro del diamante. Dentro de un año, se extraerá del collar y será reemplazado por otra piedra rosa para salir a subasta. Después, será engarzado en otra pieza de joyería y cambiará de manos.
Desde que volvió a retomar sus compromisos reales, Charlene de Mónaco ha logrado detener las constantes informaciones sobre un posible divorcio o una mudanza permanente a Suiza. «Estoy muy feliz de estar de vuelta en Mónaco y con mi familia», declaró en una entrevista en el periódico Monaco-Matin. «Mi estado de salud aún es frágil y no quiero ir demasiado rápido. El camino ha sido largo, difícil y muy doloroso».