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Jeremy Hunt y su mujer Lucía, en una cena de gala en Buckingham PalaceGTRES

Este es el precio que paga el ministro de Economía británico por cortarse el pelo y escandaliza a Reino Unido

Mientras prepara una subida de impuestos y recortes en gasto público, Jeremy Hunt ha contratado a la estilista de Brad Pitt y Cindy Crawford para que le peine en Downing Street

El corte de pelo de Jeremy Hunt no resulta a simple vista nada extraordinario. Cabello oscuro salpicado por las canas, con una tradicional raya a la izquierda sin ser demasiado pronunciada. El peluquero del ministro de Hacienda británico, de 56 años, no debería entretenerse demasiado con él. La prensa británica le afea estos días que mientras Gran Bretaña se encamina a una larga recesión, él ha contratado a la estilista de Brad Pitt, a la que paga 110 libras (125 euros) por cada visita a Downing Street.

Hunt, el hombre que desmanteló el controvertido plan fiscal de la ex primera ministra Liz Truss, mantuvo su cargo en el nuevo Gobierno liderado por Rishi Sunak. Para este otoño, está preparando un significativo aumento de impuestos y recortes en gasto público, que no se aplica a su propio bolsillo tras llamar a la estilista Gladys López, directora del salón Errol Douglas en Belgravia, Londres, quien visitó el 11 de Downing St. el pasado mes.

Gladys López, originaria de Colombia, lleva 27 años afincada en Reino Unido. Durante más de dos décadas ha trabajado en el salón de belleza, cuya clientela famosa incluye a las supermodelos como Cindy Crawford y Naomi Campbell y las cantantes Annie Lennox y Diana Ross, así como el actor Brad Pitt.

Según el salón, Gladys López, cuyas tarifas parten de las 110 libras, «cuenta con una gran experiencia y es llamada regularmente para trabajar con clientes a nivel mundial, incluidos miembros de la realeza, políticos y celebridades». En la página web puede leerse que está especializa en queratina, extensiones y cortes a medida.

Jeremy HuntGTRES

Jeremy Hunt se erige como uno de los grandes baluartes del Partido Conservador. Hijo de un almirante de la Armada Real británica y una enfermera, fue educado en el colegio de élite Charterhouse School y en la Universidad de Oxford, donde estudió Política, Filosofía, Economía. Al terminar sus estudios, pasó una larga temporada en Japón, donde enseñó inglés y aprendió japonés. Está casado con una mujer china, Lucia Guo, con la que tiene tres hijos.

Antes de entrar en política, firmó una brillante y rentable faceta como empresario. En la década de los 90 fundó Hotcourses, dedicada a viajar y estudiar, con importantes clientes como el British Council. Cuando la empresa se vendió en 2017, Hunt ganó más de 14 millones de libras por el 48 % de la misma, lo que le convirtió en el miembro más rico del Gobierno.

De carácter insulso y tranquilo, Hunt fue el ministro de Sanidad que más tiempo permaneció en el cargo, entre 2012 y 2018, en los Gobiernos de David Cameron y Theresa May. Posteriormente, ejerció como ministro de Exteriores con Boris Johnson.

En su etapa como secretario del Tesoro no le aguardan tiempos amables. Ya ha advertido de que «no hay opciones fáciles» para estabilizar la economía, después de que el Banco de Inglaterra aumentara la semana pasada las tasas de interés del 2,25 % al 3 %, el mayor aumento desde 1989, y advirtió que Gran Bretaña enfrenta una recesión prolongada.

Peinados controvertidos

Hunt no es el primer residente de Downing Street al que le han afeado sus gastos en peluquería. En 2006, los parlamentarios laboristas se enfurecieron después de que saliese a la luz que la esposa de Tony Blair, Cherie, había presentado a los funcionarios del partido una factura de 275 libras por día por los servicios del peluquero André Suard durante la campaña electoral del año anterior. Se dice que el jefe de prensa de Blair, Alastair Campbell, le gritó a Suard en una ocasión: «Eres solo un peluquero de mierda».

Un portavoz de Hunt se negó a comentar los gastos en su estilista, pero uno de sus máximos defensores aseguró que trabajaba 15 horas al día preparando el presupuesto de otoño, y que los residentes anteriores de Downing Street también habían «contratado» carísimos peluqueros.