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Isabel Díaz Ayuso, en el photocall de la sexta edición de los premios Woman en el Casino de MadridGTRES

Crónica social de la semana

El secreto del fenómeno Ayuso: una estrella de Hollywood en el Casino de Madrid

La presidenta de la Comunidad de Madrid acaparó todos los flashes en la entrega de premios de una revista en el Casino. «Tuvo que salir en volandas»

en plena resaca de la manifestación por la Sanidad Pública, con los cineastas que se tratan en el Ruber jaleando en primera línea y la izquierda agitando la calle, Isabel Díaz Ayuso se envuelve en plumas verdes, estira el cuello cual pavo real y hace acto de presencia en el Casino de Madrid para presidir la entrega de premios de la revista Woman. Este lunes, se desató la locura en su paso por el photocall y volvió a reafirmar el fenómeno Ayuso. «Al terminar la gala tuvieron que sacarla en volandas porque todo el mundo quería una foto con ella, muy parecido al año en que vino la Reina Letizia», me traslada una de las redactoras jefe de la revista.

Con su melena rizada en un recogido bajo desenfadado, Díaz Ayuso volvió a confiar en Vicky Martín Berrocal para su vestido. «Ya sabe mi talla, tiene mis medidas, al final es lo más cómodo», comentó la presidenta en las corrillos. Entregó un premio a Nieves Álvarez por su trayectoria profesional, algo que le hizo especial ilusión porque ambas estudiaron en el mismo colegio, el Blanca de Castilla. Posteriormente, ofreció un discurso de clausura en el que reivindicó el papel de las mujeres libres. «Se prepara cada acto a conciencia y siempre sabe buscar el lado humano», añaden sobre la presidenta.

A diferencia de otros, que el Día de la Hispanidad se saltan el protocolo y hacen esperar al Rey para evitar los abucheos, la presidenta de la Comunidad de Madrid no teme pisar la calle. El jueves se codeó con el star system en la reinauguración del Teatro Albéniz con el estreno de Company, de Antonio Banderas y volvió a posar ante las cámaras con Marta Rivera de la Cruz. Un estrella política bajo los focos.

El dardo de Marina Castaño

Marina Castaño, en la Feria ArcoGTRES

Se nos llena la boca hablando de salud mental y luego llega Marina Castaño y suelta que Esther Doña es bipolar y digiere los antidepresivos con gin tonic. La viuda de Cela busca el foco y no sabe qué hacer para ser protagonista. Gran amiga del marqués de Griñón, recordó el incidente por el que este tuvo que dormir en el calabazo. «Ya sabes que Esther está medicada», le confesó. ¿Es momento ahora de desenterrar las palabras de un hombre fallecido para arremeter contra una mujer que según ella tiene problemas médicos?

La ex del juez Pedraz ya estudia tomar medidas legales contra Castaño y al final, no le vendrá mal porque lo importante es que se siga hablando de ella para sacar lustre a su fichaje como colaboradora en Y ahora Sonsoles. Sigue haciendo caja con su turbulento amor con el magistrado y esta semana ha aprovechado para desvelar cuál fue el regalo de compromiso que ella le hizo: unas zapatillas de Gucci de 600 euros, de esta temporada, con una línea verde y roja y con una avispa bordada. Esperemos que se las devolviera para venderlas en Wallapop.

Las memorias de Ágatha

Ágatha Ruiz de la Prada

Nunca me ha interesado la vida de Ágatha Ruiz de la Prada, pero este miércoles al pasar por el quiosco me fijé en la portada de ¡Hola!. Cómo para no verla. Antes de que nos cierren Twitter seguiremos disfrutando de su humor donde, con buen criterio, aseguran que Ágatha ya está probándose el uniforme de camuflaje para cuando estalle la Tercera Guerra Mundial.

Menos mal que ella misma afirma que sus memorias son un poco barbaridad por entrar en capítulos ásperos como la colección de amantes de su padre, el suicido de su madre o sus tres abortos. Quienes, sin duda, lo pasarán peor son sus hijos. «Cósima ni sabe y Tristán está aterrorizado».

En el capítulo dedicado a Pedro J. Ramírez se refiere a él como «hortera de bolera» o «persona sin sentimientos» y asegura que no le quiere volver a ver. Por eso se presentó a firmar el divorcio con un burka. Recuerda cómo se conocieron: «En el aeropuerto de El Prat estaba sacando la maleta y se me acerca un hombre que no conocía de nada y me dice: 'Soy Pedro J. ¿Tú eres Ágatha Ruiz de la Prada?' Me dijo que era el director de Diario 16. Simplemente, me divertía ser amiga del director de Diario 16».