Fundado en 1910

El cantante Pablo MilanésGTRES

Las cinco mujeres de Pablo Milanés: de Yolanda a Nancy Pérez, la gallega que le donó un riñón

El icónico cantautor cubano, fallecido el pasado martes a causa de un cáncer, ha dejado un gran legado musical, pero también personal

El mundo de la cultura está de luto. Son muchos los compañeros que siguen llorando la muerte de Pablo Milanés, fallecido en Madrid la pasada madrugada del martes a los 79 años y tras una larga temporada hospitalizado por una enfermedad oncohematológica que padecía desde hacía años y que le obligó a instalarse en la capital «a finales del año 2017 para recibir un tratamiento inexistente en su país».

Su capilla ardiente lleva instalada desde las 10:30 horas de la mañana de este miércoles en la Sala Cervantes de Casa de América, hasta donde se han acercado familiares, amigos y fans para brindar a la gran leyenda de la música un emotivo último adiós, algo que podrá hacer todo el mundo hasta las tres y media de la tarde de hoy.

Capilla ardiente de Pablo MilánesGTRES

La carrera profesional de Pablo Milanés nunca ha pasado desapercibida en la industria musical, como tampoco lo ha hecho su vida personal en el papel couché. Nacido en la ciudad cubana de Bamayo en febrero de 1943, Milanés deja a sus espaldas una vida marcada, fundamentalmente, por el amor, pues han sido nada más y nada menos que cinco las mujeres que han logrado conquistar su corazón. Ellas le dieron a sus siete hijos y estos, a su vez, a sus nueve nietos, uno de ellos compartido con el mismísimo Che Guevara. Pero ¿quiénes son las afortunadas que pudieron pasar varios años de su vida con el gran icono del panorama musical a nivel internacional?

La primera fue Olga Ayoub, con quien inició su historia de amor en 1961 cuando se conocieron mientras él trabajaba como compositor en diferentes locales de La Habana. Su relación dio tanto de sí, que incluso el cantante quiso hasta componerla una canción que bautizó como Olga, haciendo referencia a su nombre. Ocho años después, decidieron poner punto y final a su relación.

Poco después llegó a su vida Yolanda Benet, su musa más conocida y junto a la que compartió cuatro intensos años de su vida. Aunque este romance fue más breve que el anterior, fue con la productora con quien el artista se estrenó en la paternidad. Juntos tuvieron tres hijos, Lynn, y las gemelas Suylén y Liam, y fue tanto lo que Pablo la quiso, que incluso se inspiró en ella para componer canciones como Yo no te pido o Yolanda, el tema más sonado de su extensa y reconocida discografía.

Pablo Milanés con Yolanda BenetFACEBOOK

Tras separarse de Benet en 1973, el camino de Pablo Milanés se cruzó con el de la modelo Zoe Álvarez, con quien llegó a pasar por el altar. De su unión nació Haydée, la cuarta hija del compositor, pero, al ver que no habían sido capaces de llevar su historia a buen puerto, años más tarde decidieron separarse.

Milanés se adentró así en una nueva etapa de soltería que, al igual que las anteriores, apenas duró. La culpable no fue otra que la pintora y escritora mexicana Sandra Pérez. Con ella mantuvo su relación más larga y fruto de su amor dieron la bienvenida al que se convirtió en el quinto hijo del cantautor.

La Habana, 2004

Las cosas tampoco fueron bien entre ellos y, por tanto, el músico terminó separándose, esta vez, por cuarta vez. Fue entonces cuando llegó la definitiva, su viuda Nancy Pérez, a quien conoció en La Habana en 2004. Con la gallega, Milanés tuvo mellizos, los cuales sumaron un total de siete hijos para él. Ahora bien, cabe destacar que hay medios que aseguran tiene nueve vástagos, siete reconocidos y otros dos no oficiales.

Sea como fuere, lo cierto es que la historia de amor entre el músico y la historiadora no ha sido un camino de rosas. Juntos han vivido momentos muy delicados, pero eso sí, pese a la crudeza del momento, en ellos ambos demostraron que su amor estaba por encima de todo. Tanto, que en 2014 Nancy decidió donarle un riñón para que así él pudiese solucionar los problemas de insuficiencia renal que padecía desde hacía tiempo. Una auténtica muestra de amor que afianzó su relación todavía más.