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Kasia Galliano

Kasia Galliano, la muerte sin resolver de la jequesa qatarí en Marbella

La exmujer del tío del actual emir ha sido enterrada en un pequeño pueblo de Córdoba por el rito árabe por expreso deseo de su hija Yasmeen

El mundo quedó consternado el pasado 31 de mayo al salir a la luz que Kasia Gallanio, exprincesa de Qatar por su matrimonio con Jawaher bint Hamad bin Suhaim Al Thain, el tío del actual Emir, había sido hallada sin vida en su domicilio de Marbella, a los 46 años. Una información publicada en exclusiva por el diario francés Le Parisien.

Tal y como recogió el citado medio, la Policía acudió a su domicilio durante la mañana del domingo tras recibir un aviso por parte de la menor de sus hijas, quien, tras tirarse cuatro días tratando de ponerse en contacto con su progenitora, decidió avisar a las autoridades para salir de dudas.

Según apuntaban las primeras investigaciones, la principal causa de su muerte podía tratarse una sobredosis, aunque en su momento también se barajó que su fallecimiento podría guardar relación con la batalla legal que llevaba manteniendo con su marido más de una década por la custodia de sus tres hijas. «Después del juicio ella se vino abajo», llegó a confesar una de sus empleadas. Por su parte, su entorno más cercano aseguró que su creencia se fundamentaba en el que Kasia murió por causas naturales.

A sus 46 años, la exjequesa se encontraba en una situación un tanto delicada. Padecía depresión, precisamente por esa batalla legal que la enfrentaba a su exmarido y, al parecer, también tenía problemas de alcohol, los cuales propiciaron que la custodia de sus hijas recayese en manos de su exmarido. Este, a su vez, había sido acusado de agredir sexualmente a una de ellas.

Kasia Galliano

Hubo que esperar unos días para conocer el resultado de la autopsia. Según señalaban las pesquisas policiales, todo apuntaba a que su muerte se debió a una sobredosis por drogas, ya que en la su sangre se encontraron estupefacientes mezclados con alcohol. Sin embargo, nadie fue capaz de determinar si dicha ingesta fue accidentar o voluntaria, es decir, si se trató de un suicidio o de un asesinato.

Cada vez iban trascendiendo más detalles, pero también se iban sumando todavía más interrogantes a su misterioso caso, pues luego se dijo que el cadáver de la princesa presentaba moratones en los hombros, un tanto sospechosos. Por si esto fuera poco, los medios informaron de que la policía encontró restos de sangre en las escaleras de la casa y en las diferentes plantas, además de una lámpara hecha añicos. La principal hipótesis que se estableció fue que ella se cortó los pies con los cristales y dejó huellas de sangre por el camino hasta su dormitorio, donde se cree que ingirió tres botellas de vodka, fármacos y antidepresivos, la mezcla que pudo haber propiciado su muerte.

Sin embargo, su pareja, el artista Bruce Baps, desmontó esta teoría al confesar que la exprincesa había sido atacada tan solo unas semanas antes de su fallecimiento y que también había sido víctima de un robo millonario. Además, aseguró que hacía meses que ni bebía ni fumaba y que era imposible que se suicidara, pues «estaba trabajando en un proyecto que le ilusionada mucho».

Entierro por el rito árabe

Ya han pasado casi seis meses de todo aquello, y lo cierto es que el caso sigue estando rodeado de mucho misterio. Desde entonces, poco o nada se ha sabido al respecto hasta hace apenas una semana, cuando el diario ABC informó de que actualmente el cuerpo de la fallecida descansa en paz en un pueblo de Córdoba que, por el momento, la familia ha preferido no desvelar.

Al parecer, fue su hija Yasmeen Althani quien se encargó de los trámites pertinentes relacionados con su muerte y su posterior entierro, el cual se llevó a cabo por el rito árabe, según el citado medio, por expreso deseo de la joven, que, además, ha puesto la lápida de mármol con el nombre de su madre en la tumba y se ha quedado con su perro.