Así ha cambiado la vida de Gigi Howard, el recuerdo más sonado de la etapa del Rey Felipe VI en Washington

Este viernes, Felipe VI ha regresado al que tal vez sea el lugar donde pasó algunos de los mejores años de su vida. En esta ocasión, su agenda oficial le ha llevado hasta Washington, donde ha mantenido un encuentro con la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, y donde está a punto de asistir a la celebración del centenario del Masters of Science in Foreign Service Program. Sin duda, un viaje de lo más significativo y especial que, muy probablemente, le haya traído muchos recuerdos al monarca español.

Allí fue hasta donde decidió trasladarse en 1993 tras poner fin a su relación con Isabel Sartorius. El entonces Príncipe lo tenía claro. Quería pasar el mal de amores fuera de su país, y qué mejor manera de hacerlo que en compañía de su primo y mejor amigo, Pablo de Grecia. Dado que por aquel entonces este se encontraba estudiando en la prestigiosa Edmun Walsh School of Foreign Service de la Universidad de Georgetown, Felipe decidió seguir sus pasos e iniciar una nueva etapa en este maravilloso lugar al que ahora ha regresado, y en el que aprovechó para cursar, a sus 25 años, un máster en Relaciones Internacionales mientras compartía piso con su propio primo. Se adentró, por tanto, en una etapa de absoluta libertad que vivió con gran intensidad, pues allí prácticamente nadie le reconocía.

En aquella época, el hijo de Constantino II de Grecia ya había empezado su relación con Marie–Chantal, y esta también logró hacerse amiga del hijo del Rey Juan Carlos, de ahí que fuese poco el tiempo que pasó hasta que la actual Princesa consorte de Grecia empezó a presentarle a sus amistades. Una de ellas llamó especialmente la atención de Felipe y esta no fue otra que la modelo Gigi Howard.

Dicen que lo suyo fue amor a primera vista y que no tardaron mucho en iniciar un romance del que la prensa no tardó en enterarse. El paparazzi Hugo Arriazu les descubrió juntos y cariñosos en la isla caribeña de San Martín en abril de 1995, justo la misma semana en la que el actual marido de la Reina Letizia había renunciado a la posibilidad de regresar a España para pasar junto a su familia la Semana Santa, alegando que tenía mucho que estudiar. Tras ello, fueron varias las veces en las que se dejaron ver juntos por las calles de Manhattan.

Aunque se mostraban muy enamorados, lo suyo tan solo se trató de un romance fugaz, pues, después de unos meses de relación, decidieron darla por terminada. Algo que coincidió con el regreso a España del entonces Príncipe de Asturias.

Desde entonces, poco ha sido lo que se ha sabido de la modelo, hoy convertida en empresaria gracias a SiO Beauty, su propia firma de cosméticos, pues siempre ha expresado su deseo de permanecer alejada del foco mediático. No obstante, sí han llegado a trascender algunos detalles de su vida personal, tales como que estuvo comprometida con el naviero Patrick Ammet, con el que ni siquiera llegó a pasar por el altar, o que decidió ser madre soltera mediante inseminación artificial, un tratamiento de fertilidad que le ha dado uno de sus bienes más preciados pese a haberla llevado a pasar por una complicada depresión postparto: un hijo al que decidió llamar Richard Southworth.