Un amigo de Felipe de Marichalar, herido de arma blanca a las puertas de una discoteca de Madrid

Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón, nieto del Rey Juan Carlos, vuelve a ser noticia por su supuesta implicación en una pelea callejera con navajas ocurrida a las puertas de la discoteca Vandido, tal y como apuntan fuentes policiales a Europa Press y El Confidencial. El sobrino de Felipe VI habría acompañado en un taxi a uno de los heridos con arma blanca en la reyerta producida la madrugada del pasado 25 de noviembre.

La Policía Nacional abrió diligencias después de que recibiese tres llamadas alertando de la trifulca en el número 83 de la calle Goya en la que había alrededor de 30 personas involucradas. Cuando los agentes se personaron en el lugar de los hechos, encontraron abundante sangre en el suelo, la carcasa del retrovisor de un coche y, al menos, un joven con un herida de arma blanca en el antebrazo de 2,5 centímetros, que fue acompañado en taxi por el sobrino de Felipe VI.

Uno de los porteros de la discoteca confirmó que se había producido un altercado entre dos grupos de jóvenes que estaban bajo los efectos del alcohol y que se habría originado por unos supuestos desperfectos ocasionados en un coche que estaba estacionado.

Según El Confidencial, el hijo de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar se marchó en cuanto pudo al hospital junto a uno de sus amigos para que este recibiese la asistencia médica que necesitaba. Los propios agentes confirmaron después de que el nieto del Rey Juan Carlos se encontraba con él en el hospital.

Además, entre los involucrados, la Policía también identificó en el lugar a Isabel Mateos Pérez-Iñigo, conocida como la Pechotes, amiga del Pequeño Nicolás.

La pelea sería constitutiva de un presunto delito de riña tumultuaria, que sanciona, según el artículo 154 del Código Penal a «quienes riñeren entre sí, acometiéndose tumultuariamente, y utilizando medios o instrumentos que pongan en peligro la vida o integridad de las personas» y pudiendo ser condenados con una pena de tres meses a un año de prisión o multa de seis a 24 meses.

No es la primera vez que el joven se ve involucrado en un suceso de estas características. El pasado julio, en plena celebración de su 24 cumpleaños en el club marbellí Opium, fue víctima de un fuego cruzado que acabó con cinco heridos. Meses antes, también se dio a conocer que había sido expulsado de una discoteca madrileña por haber estado molestado toda la noche a los asistentes con una pistola de gas de dióxido de carbono con la que les rociaba.