Cinco años sin Carmen Franco: así es la vida de sus siete hijos

Han pasado cinco años desde que la vida de Carmen Franco, la única hija de Francisco Franco y Carmen Polo, se apagó. La matriarca del clan falleció el 29 de diciembre de 2017 a los 91 años y dejando desolados a siete hijos por los que se desvivió, y sobre los que recayó una jugosa herencia. Estos son, Carmen, la más conocida de todos, Mariola, Francisco, Merry, Cristóbal, Arancha y Jaime, quienes, a día de hoy, siguen manteniendo una vida discreta y alejada del foco mediático, incluida Carmen Martínez Bordiú, a pesar de que en el pasado fue un personaje habitual y destacado de la crónica social.

Esta, estudió bachillerato, aunque, lejos de seguir ampliando su formación cursando estudios universitarios, prefirió decantarse por el mundo de la farándula sacando rentabilidad de su vida más personal, pues esto era, precisamente, lo que realmente interesaba a la prensa de la época. Tres fueron los maridos que se la conocieron, Alfonso de Borbón, Jean Marie Rossi y José Campos, siendo también tres los hijos que tuvo con ellos: Francisco, fallecido en un accidente de tráfico; Luis Alfonso, hoy en día convertido en un aristócrata y empresario de renombre cuya vida también ha sido recogida por el papel cuché, fundamentalmente, por la familia que ha conseguido crear junto a su esposa, la venezolana Margarita Vargas; y María Cynthia Francisca Matilda Rossi, que siempre ha vivido en un segundo plano, ahora, desde Francia, donde reside junto a su marido, el urólogo Benjamín Rouget, y a su hijo Joseph.

Actualmente, Carmen Martínez Bordiú parece haber recobrado la estabilidad sentimental gracias a su ya consolidada relación con un joven australiano llamado Tim McKeague, 34 años menor que ella.

Por su parte, Mariola, la segunda hija de Carmen Franco y, quizá, una de las más discretas del clan, estudió arquitectura, pero nunca ha ejercido como tal, lo que hace pensar que prefirió centrarse en su vida familiar junto a su marido, Rafael Ardid y a sus tres hijos: Francisco de Borja, Jaime Rafael y Francisco Javier.

Tras ella, está Francis, el primer varón de la familia, razón por la que su abuelo, Franco, quiso que fuese él quien heredara sus títulos más importantes: XI marqués de Villaverde y señor de Meirás. Además de regentar estos títulos nobiliarios y pese a haber estudiado medicina, el hijo de Carmen Franco prefirió desarrollar su andadura profesional en el mundo de los negocios inmobiliarios y compaginarlo con la administración de los bienes familiares. Además, también ha llegado a copar los titulares de la prensa nacional, entre otras cosas, por su matrimonio con María Suelves y Miriam Guisasola. Él, por su parte, tiene cuatro hijos, dos de cada matrimonio.

Lo poco que se sabe de María del Mar, comúnmente conocida como Merry, es que estuvo casada con el afamado periodista Jimmy Giménez -Arnau, que fruto de su relación nació su única hija, Letizia, y que, tras su divorcio, volvió a contraer matrimonio, esta vez, con un americano llamado Gregor Tamler, con el que actualmente vive en Estados Unidos. ¿Su ocupación? La restauración.

En cuanto a Cristóbal, el quinto nieto de Franco, quiso estudiar Arquitectura, pero pronto abandonó la universidad para iniciar su andadura en la Academia Militar de Zaragoza llegando, incluso, a ser teniente. Sin embargo, abandonó la profesión a raíz de su matrimonio con la modelo y presentadora José Toledo, de la que se divorció hace dos años con dos hijos en común, Daniel y Diego. Hoy se dedica a la administración inmobiliaria y a la producción publicitaria.

La reina indiscutible de la absoluta discreción en lo que al clan Franco se refiere es Arantxa, la más desconocida de todos. Pese a ello, sí ha trascendido que pasó por el altar con el abogado gallego Claudio Quiroga, que no tuvo descendencia y que a día de hoy se dedica a la restauración de muebles, una pasión que comparte con su hermana Merry, con la que es apoderada de la inmobiliaria Merletmakai SL.

Un perfil completamente opuesto fue el que cobró Jaime Felipe, el nieto pequeño de Franco y Carmen Polo, ya no solo por su relación con Nuria March, junto a la que tuvo a su único hijo, ni por su separación, sino por el revuelo que se desató cuando confesó su adicción a las drogas y cuando salió a la luz que el abogado había sido condenado a un año de prisión por maltratar a una de sus parejas. Pese a ello, consiguió librarse de la cárcel e iniciar una nueva vida que ahora comparte con Marta Fernández.