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El Premio Nobel Mario Vargas LlosaGTRES

El relato premonitorio de Vargas Llosa sobre la ruptura con Isabel Preysler

«Desde que cometí la locura de abandonar a mi mujer, pienso en ella y me asaltaron los remordimientos», escribió el novelista peruano en 2020

La de Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler podría considerarse como una de las rupturas más destacadas de este 2022. Desde que el pasado miércoles la revista ¡Hola! anunció la noticia junto a la confirmación de la misma por parte de Isabel Preysler, mucho se ha hablado de los motivos que podrían haber propiciado este fatal desenlace de su historia de amor.

Hay quien apunta a los celos constantes y descontrolados del actor, otros al simple desgaste de la relación, también están los que inciden en la negativa de Mario a casarse con Isabel, y los que, por el contrario, piensan que la implicación de la reina de corazones en apoyar a su hija dejando un tanto descuidado su noviazgo con el escritor también puede haber tenido algo que ver.

Del mismo modo, también se ha hablado mucho del momento en el que la relación del Premio Nobel y la socialité empezó a caer en picado, ese instante en el que se adentraron en esa supuesta crisis que ha terminado con el peor de los finales. Muchos medios de comunicación, sirviéndose del testimonio de fuentes cercanas a la ya expareja, lo han situado a principios de verano, pero El País ha abierto la puerta a un relato del escritor titulado Los vientos, que evidencia que los problemas llegaron a la relación en 2021, cuando se publicó dicho relato en Letras Libres.

En este fragmento con tintes autobiográficos, el peruano parece dejar entrever lo tanto que se arrepiente de haber dejado a su exmujer, Patricia Llosa, a quien le unían 50 años de matrimonio y tres hijos en común, para apostar por su romance con Isabel Preysler: «De Carmencita, mi mujer por muchos años, me acuerdo muy bien. Todas las noches, parece mentira, desde que cometí la locura de abandonar a mi mujer, pienso en ella y me asaltaron los remordimientos. Creo que solo una cosa hice mal en la vida: abandonar a Carmencita por una mujer que no valía la pena. Ella nunca me perdonó, por supuesto, jamás pude amistarme con ella, y, para colmo, Carmencita se casó con Roberto Sanabria, mi mejor amigo hasta entonces», reza el texto.

Una locura en la vida

El escritor continúa su relato expresando: «Es el único episodio de mi remoto pasado que mi memoria no ha olvidado y que me atormenta todavía. Todas las noches, antes de dormir, pienso en Carmencita y le pido perdón. Ella no lo sabe, por supuesto, a no ser que haya otra vida después de esta y los muertos se entretengan espiándonos a los vivos. […] Ya me olvidé del nombre de aquella mujer por la que abandoné a Carmencita; volverá a mi memoria, sin duda, aunque, si no volviera, tampoco me importaría. Nunca la quise. Fue un enamoramiento violento y pasajero, una de esas locuras que revientan una vida. Por hacer lo que hice, mi vida se reventó y ya nunca más fui feliz […] Fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón. De esa pichula que ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí».

Aunque en ningún momento especifica si la historia que cuenta es o no real, así como si, en caso de serlo, se refiere a su propia vida, lo cierto es que, teniendo en cuenta que una de las máximas que caracterizan las novelas de Vargas Llosa es que incluyen experiencias que parten de la historia de su vida, todo ha hecho pensar que, efectivamente, a quien realmente se estaba refiriendo el escritor era a él, a su exmujer, Patricia Llosa, y a su pareja de ese momento, Isabel Preysler, y que, por ello, este lo escribió en una etapa en la que su noviazgo ya se estaba viendo salpicado por los problemas y las diferencias. Una teoría que, según El País, también comparte el entorno del Premio Nobel.