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El escritor Mario Vargas Llosa e Isabel PreyslerGTRES

La carta con la que Isabel Preysler echó a Vargas Llosa de Villa Meona

Tras una discusión, el premio Nobel se instaló en su ático del Madrid de los Austrias y la reina de corazones le pidió por escrito que no volviera

El columnista Alfonso Ussía bautizó la casa que se construyeron Miguel Boyer e Isabel Preysler, en Puerta de Hierro, como Villa Meona, por sus 16 cuartos de baños. Durante los últimos ocho años, esta famosa vivienda ha alojado al premio Nobel Mario Vargas Llosa, quien ha disfrutado de algunos libros de la fabulosa biblioteca del exministro socialista de Economía.

Tras la mediática ruptura, anunciada hace una semana por la revista ¡Hola!, cada día salen nuevas informaciones sobre los motivos que precipitaron el fin de su noviazgo y cómo finiquitaron su historia de amor.

El miércoles 30 de noviembre, Isabel Preysler regresa a casa tras cumplir con un compromiso profesional en el Palacio de Correos de Madrid; la fiesta de un champán francés. Se tomó un tiempo en el baño para desmaquillarse, mientras conversaba con una amiga con el altavoz encendido. Vargas Llosa irrumpió enfadado y se mostró muy antipático.

Al día siguiente, Mario sale de Puerta de Hierro para asistir a un acto y a su regreso, le pide al conductor que le deje en su vivienda de la calle Flora, en el Madrid de los Austrias, sin avisar a su todavía pareja. Un movimiento que irrita a Isabel, quien da por finiquitada la relación.

El ático de Vargas Llosa, en el Madrid de los Austrias

Dos días más tarde, Vargas Llosa busca un acercamiento a través de la literatura. Le envía mediante un mensajero el manuscrito de su próxima novela, que versa sobre la música criolla. Poco éxito. La reina de corazones le contesta con una carta en la que le pide que recoja sus pertenencias de la casa de Puerta de Hierro.

«No es un mensaje, sino una carta donde le reprocha esa actitud de celos. Le dice que su casa no es un hotel. Patricia (la exmujer de Vargas Llosa) sabe que él es así, pero ella no lo iba a aguantar. Le prohíbe volver a su casa», ha declarado la periodista Paloma García Pelayo.

Mario Vargas Llosa mantuvo silencio hasta este domingo, cuando tras regresar de París, y hastiado de la persecución de la prensa confirmó su ruptura y afirmó contundente que los motivos no existen. Es decir, niega los celos infundados de los que habla Isabel.