
Manuel Falcó y Amparo Corsini, con su hija Manuela
Así es el hombre que acompañará a Tamara Falcó hasta el altar
La marquesa de Griñón ya ha elegido al padrino para su boda con Íñigo Onieva, el próximo 17 de junio
Tras las idas y venidas y bajo la mirada incrédula de muchos, Tamara Falcó le dará el «sí, quiero» a Íñigo Onieva el próximo 17 de junio. Importante recordar que esta era la fecha inicial que marcaron y que en ningún momento llegó a cancelarse tras destaparse la traición. Es decir, que por mucho nanosegundo y metaverso, la puerta de la reconciliación siempre quedó abierta.
Como es habitual, Íñigo Onieva entrará en la iglesia del brazo de su madre Carolina Molas. Tamara, tras la muerte de su padre Carlos Falcó en el año 2020, ha elegido a su hermano mayor Manolo Falcó para que ejerza de padrino. A diferencia del resto del clan, es un hombre discreto que no se prodiga bajo los focos. Lo suyo son los números y los negocios, a la sombra de los rascacielos de Canary Wharf, el centro financiero situado en los muelles de Londres. Trabaja como codirector global de banca de inversión del gigante norteamericano Citigroup. El Financial Times lo destacó como uno de los 10 financieros más influyentes de Europa.
Manolo lleva una vida tranquila en el barrio de Chelsea junto a su mujer Amparo Corsini y sus tres hijos, Carlos, Manuela y Mariana. Corsini trabajaba como jefa de Publicidad de la revista Vogue, hasta que abandonaron España. Eso sí, conservan su grupo de amigos de siempre entre los que se encuentran Eugenia Silva, Blanca Suelves o María Fitz-James.

Xandra y Manolo Falcó, durante el tanatorio de Fernando Falco, Marques de Cubas en Madrid 21/10/2020
Tras la muerte de Carlos Falcó, Manolo heredó el título de marqués Castel-Moncayo con Grandeza de España, creado en 1682. Tamara heredó el título más familiar, el vinculado a sus vinos y aceites, y el que él utilizaba en su día a día, el de Griñón. Su hija Xandra ya obtuvo de su abuela paterna, Hilda Fernández de Córdova, el título de marquesa de Mirabel.
Aunque Manolo Falcó lleva más de dos décadas afincado en Londres, siempre estuvo pendiente de los negocios de su padre y heredó de él la pasión por el campo, la caza y los viñedos.