El nuevo apoyo en la sombra de la Princesa Charlene tras su vuelta a Mónaco

A finales de enero y ante el positivo por coronavirus de su marido, Charlene de Mónaco se vio obligada a asumir en solitario la representación institucional de las festividades por Santa Devota, patrona del principado. Una fecha marcada en el calendario de la familia Grimaldi en la que la tradición marca asistir, primero, a una misa y, después, al encendido de una barca en homenaje a la patrona.

Lo que más llamó la atención de la prensa monegasca no fue que la Princesa asumiese en solitario el acto tras su vuelta de Sudáfrica, sino la compañía que llevó con ella. Lejos de acompañarla el grueso de la monarquía, representado principalmente por Carolina o Estefanía de Mónaco, Charlene optó por acudir con sus mellizos, los Príncipes Jacques y Gabriella, que se convirtieron en los absolutos protagonistas del acto real.

Junto a ellos y en un discreto segundo plano, se encontraba una desconocida joven que despertó el interés de todos los medios de comunicación allí congregados. Tanto que ya la han calificado como el nuevo apoyo de Charlene en la familia Grimaldi. Bien es sabido que su relación con sus cuñadas siempre ha tenido algunos altibajos, por lo que la ayuda emocional e institucional de Melanie-Antoinette Costello de Massy resulta fundamental en su recuperación.

Es hija de la difunta Elizabeth Ann de Massy, sobrina directa del Príncipe Alberto, y no pertenece al núcleo duro de la familia real monegasca ni ocupa lugar en la línea de sucesión, pero, como ya hizo su madre, está cobrando cada vez más protagonismo en los actos oficiales.

Hasta el año 1951 –año en que sus padres se casaron– no pasó a ser parte de la familia real ya que nació fuera del matrimonio, en aquel entonces todo un escándalo social. Desde ese momento se convirtió en la primera nieta de Carlota Grimaldi (duquesa de Valentinois) y Pierre de Polignac. Sin embargo, la complicada relación entre Antonieta, abuela de la joven, y su hermano Rainiero no aseguró que tuviesen su sitio en la corte, ya que intentó expulsarle del trono en varias ocasiones.

Pese a la mala relación entre ambos, Elizabeth-Ann de Massy, hija de Antonieta y madre de Melanie, siempre fue una figura muy apreciada en el principado. De hecho, con tan solo nueve años, fue una de las niñas del cortejo nupcial de Grace Kelly y Rainiero de Mónaco. Después de varias relaciones sin éxito, se enamoró de una figura destacada del mundo de las artes, el coreógrafo de ballet Nicolai Vladimir Costello, con quien se casó en Londres en 1984 y se divorció un año después.

Ahora, su primogénita está cobrando protagonismo en los actos oficiales y, se ha convertido en un gran apoyo para la princesa Charlene, al igual que fue Elizabeth Ann con Grace Kelly. Y no solo con él. Durante el tiempo de recuperación que Charlene pasó en Sudáfrica y en Suiza debido a la infección otorrinolaringológica, Melanie se volcó con su tío Alberto, con quien se lleva 30 años. Desde entonces, el matrimonio demuestra una complicidad y amistad íntima con su sobrina segunda.