Fundado en 1910

El Rey Juan Carlos y la Infanta Cristina, a su llegada al Anfiteatro del Instituto francés de ParísGTRES

El Rey Juan Carlos y la Infanta Cristina acompañan en París a Vargas Llosa

El escritor cursó una invitación al Rey para que asistiese a la ceremonia de ingreso en la Academia Francesa

El Rey Juan Carlos ha volado desde Abu Dabi a París para acompañar a su amigo Mario Vargas Llosa en su ingreso en la Academia Francesa. Junto a Don Juan Carlos ha viajado su hija, la Infanta Cristina.

Diez minutos antes de las 15.00 horas, el Rey era fotografiado en el asiento del copiloto de una furgoneta oscura con los cristales de atrás tintados. A su llegada al Anfiteatro del Instituto francés de París, ha saludado a los medios apostados en la entrada. La Infanta Cristina lucía una americana de lentejuelas marrón. Una vez allí, ambos han sido recibidos por la directora de la Academia, Hélène Carrère d’Encausse.

El Rey Juan Carlos y la Infanta CristinaGTRES

El Rey Juan Carlos y la Infanta Cristina

Dentro del recinto, Don Juan Carlos ha caminado con la ayuda de un bastón y un asistente. En el auditorio, han ocupado el primer banco. Los dos han escuchado atentos el discurso íntegramente en francés pronunciado por Mario Vargas Llosa, que ha tenido una duración de casi una hora.

Las últimas imágenes oficiales del Rey Juan Carlos corresponden a las tomadas en Atenas, en el funeral de su cuñado Constantino de Grecia.

Al escritor le arropa además toda su familia, encabezada por su exmujer Patricia y sus hijos Morgana, Álvaro y Gonzalo, algunos de ellos arropados también por sus hijos, nietos del peruano.

Sobre su relación

La invitación a Don Juan Carlos responde a un «gesto de pura simpatía». El escritor ha explicado que no hablan ni se ven, pero sí considera que entre ellos hay cierta cercanía. y afinidad «Los reyes no tienen amigos, tienen súbditos. Por eso digo que, en la medida en que un rey pudiese tenerlos, yo sería uno de ellos», señaló.

En 1993, Mario Vargas Llosa obtuvo la nacionalidad española y el entonces monarca le llamó por teléfono para decirle que estaba muy contento. Esa llamada se repitió en 2010, cuando fue reconocido con el Nobel de Literatura en Estocolmo, donde recibió el galardón de manos de Carlos Gustavo de Suecia. El día siguiente, el Rey le llamó y le planteó la opción de concederle un título. «¡Yo tengo que darte algo, tengo que darte un título!». Y en 2011 le dio el Marquesado de Vargas Llosa, que el autor no ha utilizado nunca, «por supuesto».