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El Príncipe Alberto y su hermana Carolina de Mónaco, en un coche a la salida de una fiesta junto a Carlos IIIGTRES

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El motivo por el que Carolina de Mónaco se niega a asistir a la coronación de Carlos III

En su juventud, los entonces Príncipes acudían a reuniones sociales juntos por mandato directo de sus familias

Es un momento histórico. Después de 70 años, Inglaterra vivirá la coronación de un Rey y se espera una celebración a la altura de las circunstancias. El Palacio de Buckingham ha decretado tres días de celebraciones, empezando por la tradicional ceremonia de coronación que se llevará a cabo el 6 de mayo en la Abadía de Westminster. «Es un servicio religioso solemne, así como una ocasión de celebración».

Ante semejante pomposidad, se espera la presencia de todas las Casas Reales europeas. La monegasca no va a ser menos y el Príncipe Alberto ya ha reconocido ante People lo innegable: «No sé cuántas coronaciones de un monarca inglés veré en mi vida, así que intentaré disfrutarla». Sin embargo, la prensa francesa desoye las declaraciones del monarca y asegura que, por razones diplomáticas, no viajará a Londres.

Pero según la revista ¡Hola!, según una larga tradición, ningún soberano europeo asiste a las coronaciones y en su lugar está representado por el príncipe heredero o la primera dama. Se cree que es para asegurar que toda la atención esté puesta en el nuevo monarca. En este sentido, quedarían expuestos Charlene y sus hijos mellizos.

Dada la corta edad de Jacques y Gabriella, que apenas han cumplido los ochos años. El peso, entonces, recaería en Charlene, pero muchos dudan que su cansancio y estrés por la difícil recuperación de la infección otorrinolaringológica sean los adecuados para representar a los monegascos en un acto tan significativo.

Se plantea, por tanto, la presencia de otro miembro del grueso de la familia Grimaldi: Carolina de Mónaco. Una función que, en realidad, no le es nada extraña a la Princesa, ya que tanto en vida de su padre como hasta la llegada de Charlene a la vida de su hermano, era ella que suplía con maestría la tarea de Primera Dama oficial del Principado. Ya lo hizo también cuando la exatleta sudafricana se recuperaba de su enfermedad mientras la prensa la tildaba de «princesa triste atormentada».

Sin embargo, la madre de Carlota Casiraghi no parece entusiasmada con la idea de reencontrarse con los Windsor. Durante años, sus familias intentaron que a los royals les uniese algo más que el título de Príncipes. Conocidas son sus reuniones sociales en uno y otro país y con el Príncipe Alberto de carabina, incluso para compartir coche.

La llegada de Philippe Junot frustró la voluntad de sus familiares y Carolina acabó casándose con el playboy francés. Su primer encuentro se produjo en el verano de 1983 entre Cerdeña y Córcega en el barco del amigo en común Francesco Caltagirone: ella seguía llorando a su madre Grace, fallecida el 14 de septiembre de 1982 en un accidente de coche, y él parecía dispuesto a devolverle la sonrisa y hacerla pensar de nuevo en el final feliz.

El matrimonio no duró mucho, pero pareció apagar lo que pudo haber entre Carlos III y Carolina de Mónaco. Que no mantenga una buena relación con el Príncipe Andrés tampoco sería un aliciente para que la Princesa abandonase su cómoda vida en el Principado para pasar tres días posiblemente convulsos al otro lado del canal de la Mancha.