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natalia osona

Su marca de ropa, Glowrias, se ha convertido en toda una referencia textil

Entrevista

Natalia Osona: «La gente piensa que ser 'influencer' es ser millonario»

La creadora de contenido está al frente de Glowrias, una firma textil en continuo crecimiento

Madrileña y de 32 años, a Natalia Osona le cambió la vida hace prácticamente una década. Por aquel entonces, se acababa de graduar en Derecho y Administración de Empresas y había conseguido que Garrigues –uno de los despachos más prestigiosos de España– la becase para cursar en Harvard una especialización en Business Law.

El destino, acompañado de su trabajo y esfuerzo, quiso que una enfermedad fuese la oportunidad perfecta para reinventarse y convertirse en lo que es hoy: una influencer y empresaria de éxito a la cabeza Glowrias, marca de ropa de referencia, consolidada y con con nombre propio que ya cuenta con tienda física, 30 trabajadores y una legión de seguidores a su espalda.

–Una enfermedad cambió el rumbo de tu vida. ¿Cómo fue ese momento?

–Fue el más oscuro de mi vida. Físicamente duro, porque tenía una enfermedad que me ocasionaba muchísimos dolores y, psicológicamente, peor, porque tenía todo mi futuro encaminado. Había dedicado mi vida exclusivamente a formarme para ser una gran abogada. Y de un día para otro, todo se tuerce y el camino que tenía pensado seguir se trunca. Fue muy duro y delicado, pero a la larga, cuando ya han pasado los años y lo veo desde otra perspectiva, incluso puedo decir que ha sido un cambio para mejor.

–Estando el hospital, decidiste crear una cuenta en Instagram y empezó el cambio. ¿Cómo fue?

–No lo tenía a modo de nueva meta o nuevo proyecto profesional, sino que lo hice pensado como algo para entretener mi mente en ese momento tan duro. Psicológicamente, era muy complicado gestionarlo. Abrí el perfil Instagram como mero entretenimiento para tener la mente ocupada. Para mi sorpresa, al final ha sido una empresa de éxito. Fue una puerta que se abrió y que pude aprovechar.

– ¿Cómo se tomó tu entorno este giro tan radical?

–Mi familia estuvo a mi lado. Creo que para ellos incluso fue peor. Querían ayudar, pero no veían la manera. Mis padres se dejaron todo el dinero que tenían en el banco en llevarme a un montón de médicos para intentar resolver el problema y me dedicaron todo su tiempo y su ayuda. A día de hoy, están contentos de que todo haya pasado. A veces, incluso, mi madre me dice: «Mira, muchas veces piensas que la vida te está poniendo una zancadilla o estás atravesando un mal momento del que no vas a poder salir, y resulta que te ha preparado algo mejor». Y la verdad es que tiene toda la razón del mundo.

natalia osona

Natalia Osona

–Ver crecer la marca con ayuda de tu madre y tu novio ha tenido que ser muy satisfactorio. ¿En qué punto se encuentra ahora Glowrias?

–En un momento muy bueno. Antes del covid fue el punto más alto de euforia social de la marca, pero cuando llegó fue muy duro. Viéndolo con perspectiva, nos ha permitido saber gestionar mejor los recursos, porque estábamos creciendo de manera tan vertical que no estábamos preparados para que fuese tan rápido.

A día de hoy, la marca es muy reconocida, tiene un nivel de ventas muy bueno y es ese impasse lo que nos ha permitido poder construir mejor los cimientos de la empresa para poder crecer bien. Tenemos muchos proyectos. Antes estábamos abriendo muchas tiendas, pero todo el panorama ha cambiado y ahora nos vamos a centrar mucho más en el mundo online.

–Además de estar al frente de Glowrias, también eres creadora de contenido y tienes 1 millón de seguidores. ¿Cómo se gestiona que te vea tanta gente?

–Para mí es como si tuviese cinco seguidores, en el sentido de que no soy consciente –o no quiero serlo– a la hora de dirigirme a ellos de que son tantos. Todo ha venido muy paulatinamente, poco a poco. Hay gente a la que todo el boom y crecimiento en redes le viene drásticamente, lo cual considero que es un perjuicio más que más que un beneficio. A mí me ha pillado ya con una edad, con una formación detrás y eso me hace tener los pies en la tierra, saber gestionar muy bien el éxito y la crítica. Es abrumador, pero hablo igual si es 1 millón como si son 100.

– Mencionabas también la crítica. En más de una ocasión has comentado que, por ello, has sufrido ansiedad, ¿se nace preparado para hacer frente a los haters?

– Al principio te choca mucho porque no entiendes qué has hecho para que alguien te pueda tener tanto odio. Luego lo vas trabajando. Yo tomé una decisión muy sabia: admitir que necesitaba ayuda por parte de un profesional, una ayuda que te permite saber gestionar todo este odio y a mirarlo no desde una óptica de rabia, sino de pena y de lástima.

Cuando lees un mensaje cargado de connotación negativa y sin fundamento, acabas viéndolo con tristeza. ¿Cómo una persona pierde su tiempo en escribir a alguien y mucho menos para decirle estas cosas? Además, cuando veo mensajes cargados de odio, no los leo porque no me aporta nada positivo. Y si no aporta, prefiero invertir mi tiempo en mi trabajo y en seguir creciendo.

Fue todo muy de película, pero mi vida es así muchas veces y ya estoy acostumbrada

Tus seguidores, en cambio, te apoyan y se alegran de tus logros. Uno de los últimos, mudarte a París. ¿Por qué esta ciudad?

–Siempre ha estado en mi corazón. Soy una enamorada de París desde pequeña. De hecho, estudié mi Erasmus allí y fue un sueño que me costó mucho lograr. Quería revivir la experiencia, no solo como estudiante, también como profesional. Es una ciudad perfecta para crear contenido. Siempre digo que bajas a la calle y parece un plató porque es preciosa, tiene una riqueza cultural increíble y es el epicentro de la moda. Es enriquecedora.

Ahora que no tenemos hijos y todavía somos jóvenes, podemos permitirnos la locura de irnos y dijimos: `Vamos a vivir en París a ver qué tal´. Muchas veces tomo las decisiones impulsivamente, porque creo que, si se te antoja algo y lo piensas mucho, siempre vas a tener un motivo para no hacerlo.

Allí conocisteis a Lily Collins, la protagonista de Emily in Paris, ¿cómo fue ese momento?

–Emocionante, nunca esperas tener de vecina a la protagonista de una de tus series favoritas. Fue todo muy de película, pero mi vida es así muchas veces y ya estoy acostumbrada. Ella es una persona muy normal y amable. Da gusto conocer a gente así, con tanto éxito y que sea tan cercana y natural. Sacamos los perritos prácticamente todos los días con ella, porque se lo llevó al rodaje de la serie, fue muy guay. Esperamos encontrárnosla este verano también.

–Un estudio revela que la mayoría de los jóvenes españoles desea ser en el futuro influencers, ¿qué les dirías?

–Que no saben la realidad de las redes. Se ve la cara bonita, pero no es ni mucho menos lo que parece. Yo intento mostrar la realidad. Obviamente tampoco hay que hacer un drama, tiene su parte positiva, pero hay que tener en cuenta que ya hay muchísimos creadores de contenido y son muy pocos logran ganar mucho dinero. La gente piensa que ser influencer es ser millonario y muy pocos perfiles logran alcanzar un nivel muy alto de ingresos.

Cada vez es más complicado. Es un cóctel de factores y uno de ellos es estar en el momento adecuado. Cuando el mercado está ya muy saturado es muy difícil de llegar y mantenerse. Hay que estar psicológicamente muy preparado y no todo el mundo vale, al igual que yo no valgo para muchas otras. Tienes que ser feliz, ya sea siendo médico, periodista o profesor. Hay tantas profesiones que te pueden aportar tanto y pueden ser tan gratificantes a nivel personal que vivir de las redes sociales tampoco es algo tan grandioso como parece.

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