El desliz del juez Pedraz

Hace unas semanas, un buen amigo paparazzi me contó que si quería conocer a la nueva novia del juez Pedraz, me bastaría con pasarme por un bar de la calle Almagro sobre las 13.00 horas de un miércoles para verlos juntos. Me dio tres pistas: es mucho más joven que él, no pertenece al mundo de la farándula y ya pasaron la Navidad juntos. No se confundía. El magistrado de la Audiencia Nacional comenzó a principios de diciembre una nueva relación, con una chica de 35 años, que trabaja como asesora jurídica en el Banco Caminos. Tras el terremoto de Esther Doña, lo que menos le apetecía al magistrado es volver a enamorarse de alguien que pudiera resultar tan problemática.

Y como la nueva novia no pertenecía al star system, al final las revistas han acabado confundiendo su identidad. Semana publicó las fotos del juez con su nuevo amor, pero erró con el nombre. La verdadera se llama Elena Hormigos, como acertadamente comentó Beatriz Cortázar. Vive en Las Rozas y está separada. «Meterme en ti sin salir de mí. Amar es eso», escribió Elena en la cuenta de Instagram del magistrado, junto al emoticono de un corazón.

Mi fuente me asegura que van en serio, aunque Esther Doña le augura poco futuro a la relación y como mujer despechada, asegura que es imposible que a él le vaya bien un noviazgo. «En un año me pidió matrimonio, anunciamos la boda, nos separamos y se enamoró perdidamente de otra». Además desvela algún desliz del magistrado durante el tramo final de su historia de amor. «En los últimos meses, durante los viajes se hacía las fotos él solo, no quería salir conmigo. Una vez le pedí un selfie y me borró de la foto porque, según él, no salía bien. Él estaba todo el rato con el teléfono, se quedaba solo en la habitación...».

Esther Doña también deja caer que el juez Pedraz se refiere a sus ex como «unas locas» y que con ella fueron a gastos pagados a ciertos hoteles.

La reconciliación de El Cordobés

Manuel Díaz El Cordobés es de esos toreros que saben cómo mantener un equilibrio sano con la prensa. Simpático, cercano y consciente de que el mundo taurino y el del corazón se necesitan mutuamente. «Estaros tranquilos los medios de comunicación, que ya os contaré luego lo que queréis saber», aseguraba entre risas el pasado jueves 16 de febrero, en la presentación de una corrida de toros en la localidad madrileña de Navalcarnero.

Seis años después de que el ADN y el juez confirmaran que Manuel Benítez El Cordobés y Manuel Díaz El Cordobés son padre e hijo, por fin se ha producido el esperado abrazo.

«Mi vida desde el martes ha pegado un giro. Esta mañana he estado hablando con el jefe, mi padre y me ha dicho que si me da miedo hablar con vosotros que lo llame, que viene para acá».

Manuel Benítez se casó, en 1975, con María Martina Fraysse Urruty, nueve años más joven que él, y tuvo cinco hijos, María Isabel, Manuel María, Rafael, Martina y Julio. Se separaron en 2016, coincidiendo con la sentencia de la Audiencia Provincial de Córdoba que probaba que Manuel Díaz era hijo de su marido. Dicen que ella puso todas las trabas para que se materializara ese abrazo, que llega tan tarde.

El otro hombre en la vida de Tamara

El director creativo de Pedro del Hierro, Nacho Aguayo, se frota las manos. Asegura que Tamara Falcó les hace salir de su zona de confort por su espontaneidad, pero más allá de los cuatros diseños que ha presentado la marquesa de Griñón en la Fashion Week, sabe que ahora mismo es el mejor reclamo publicitario.

No faltó el show el pasado jueves en Ifema. Íñigo Onieva acompañó a su prometida al photocall, beso incluido y contestaron a todas las preguntas. Hubo palabras para Vargas Llosa: Tamara dice que es un honor que un Nobel escriba de ella y no le falta razón. También dio algún detalle sobre su próxima boda y asegura que su novio se está implicando muchísimo. Me ha intentado sacar cómo es el vestido y averiguarlo. Me dice: «¡Te lo vas a poner con mantilla!».