Manuel Alejandro, el contador de historias: «Los políticos que están en el candelero dejan mucho que desear»

Hace dos años se recogieron miles de firmas para que se le concediese el princesa de Asturias al compositor Manuel Alejandro pero se lo dieron a Marina Abramovic. Seis días después de San Valentín, el jerezano autor de más de 500 canciones de amor y desamor, auténticos temazos como Marinero de luces, Mi amante amigo o Lo mejor de tu vida me lo he llevado yo, cumple 90 años.

En El Debate hemos estado con él y hacemos la entrevista mientras paseamos por su casa. Pasea, habla y nos agota porque este hacedor de canciones y «tocador de piano» que conserva un pelazo que ya quisieran Raphael o Julio Iglesias, es inagotable «duermo siete horas y a las seis y media me levanto. Trabajo y camino una hora y ahí es cuando me fluyen las letras. Después comer me echo una siesta de media hora. Viene la fisio y sigo trabajando hasta las ocho que me tomo mi copita de Jerez robada. Por la noche, antes de irme a la cama, hablo con mis hijas y mis nietos. El primer teléfono móvil que yo usé fue el del Rolls Royce descapotado de Julio Iglesias».

Su vida ha sido larga e intensa como sus canciones traducidas a todas las lenguas «Imité la constancia de las olas que desgastan las rocas siendo agua nada más. Eso es lo que yo he hecho toda la vida. He sido un perseguidor de los escritores de buena letra y siento no haber sabido un buen francés para haber leído a Moliere. Soy un administrador desastroso y gracias a mis hijas, que me llevan las cosas, tengo unos recursos porque sino viviría en un banco de Hacienda».

–Se quedó sin Princesa de Asturias.

–Creo que la idea de un Premio Princesa de Asturias no encaja para un escribidor de canciones. No está instituido para premiar esta clase de trabajos, aunque si ya se lo han dado a Leonard Cohen siento que ya puedo sentarme en la puerta a esperarlo. Lo mismo que entra Leonard puede entrar Serrat o yo mismo. Yo creo que esas organizaciones llega un momento que quieren transformar y cambian el sentido de su marcha. Agradecí mucho que se pidiera para mi ese premio

–Sus canciones lo dicen todo sin decir.

–Lo dicen todo, pero por debajo de la mesa. Las canciones son picotazos, son como tirar algo y esconder la mano. Soy un escribidor de canciones. Mis canciones se componen solas, no son poemas, son ideítas, picotazos.

–Picotazos que hacen daño.

–Son picotazos de pollo. Son sensaciones que se supone que son de la comunidad, yo solo las siento y las llevo al pentagrama. No tienen más valor que el que no tengan valor. Ni tampoco tienen una misión.

–Esas canciones de desamor de Julio Iglesias son tremendas.

–Las he escrito porque sabía dónde picaba. Si estoy con Julio y le escribo «Alguien» es porque estoy con él y lo primero que veo es su soledad y con el tiempo veo a un hombre que tiene a su alrededor alguien que lo acoge y a los meses de hacerle la canción se casaba con su segunda mujer. Todo eso que le ocurría lo presentí en una canción y está todo dicho en esa letra. En ese disco Un hombre solo hablaba de su ayer con Isabel Preysler y de su futuro, «lo mejor de tu vida me lo he llevado yo», pero eso me lo daba el propio Julio, me daba su vida.

–¿Isabel Preysler que diría?

–Hoy se ríe de mi porque a todas luces esa mujer no ha cambiado nada en estos años, sigue siendo delgada, espigada y sigue enamorándose y viviendo su vida. La canción decía; «Fuiste mía mientras tu piel era fresca y tu cuerpo espiga recién plantada».

Yo no conocía bien a Isabel porque, si la hubiese conocido tanto como a Julio, no tendría recovecos. Yo me la figuraba de jovencita con Julio.

–La canción de Shakira a Piqué nos recordó las suyas.

–Ja, ja, eso me han dicho. No he leído su letra, pero le escribí una canción a Rocío Jurado cuando se separó de Carrasco: «Es un gran necio, un estúpido engreído, egoísta y caprichoso, un payaso vanidoso, falso, enano, rencoroso» que sigue teniendo mucho éxito, pero la canción de la separación que he escrito más elegante se la hice a Isabel Pantoja donde ella le dice a él: es tan estupenda como tu pensabas, o también se agota el beso de una extraña….”

–Ahora canta sus canciones que son las vidas de otras personas.

–En realidad, todo lo que he escrito lo he vivido, por eso ahora he podido grabar Contando mis canciones. Todo lo que escribo también ha estado dentro de mi vida.

–¿Qué relación tienen con todos ellos?

–Buena, por ejemplo ayer, a las once de la noche, me estaba metiendo en la cama y me llamó Emmanuel para interesarse por mí. Yo nunca me meto en la vida de los cantantes, los quiero a distancia para que me sigan sugiriendo ideas y situaciones porque si estoy cerca no se ven las cosas.

–¿En qué proyecto se encuentra?

–Estoy disfrutando de mi disco «Contando mis canciones» porque está en todas las plataformas. Y preparo un libro sobre mis elucubraciones repasando los noventa años de mi vida, escribo sobre lo que sé, la vida de un escribidor de canciones, pero yo no vuelo tan alto como dice mi canción. Yo he picado mucho en las Humanidades y en la Filosofía. He leído muchísimo, siempre he estado en el pensamiento y no en la novela. Y se está preparando un documental que tendrá un disco con mis canciones que van a cantar, Romeo Santos, C.Tangana, Ricky Martín o Marc Anthony, eso está en marcha y habrá conciertos, disco y hasta un video que me están grabando estos días.

–¿Qué le parece la situación política actual?

–Es notorio que los políticos que están en el candelero dejan mucho que desear y es una sensación que me parece que ocurre en todo el mundo. Hay un movimiento populista que mueve el engranaje que hasta ahora funcionaba. No me gustan nada los extremos.

Algunos cerebros políticos dejan mucho que desear y de ahí que sus nuevas reglas sean dudosas. En mi familia venimos de un ministro de la reina, Álvarez de Mendizábal y como el Méndez venía de los judíos lo modificó a Mendizábal, que llevo a cabo la desamortización y luego he pasado a todo lo contrario, de un ministro de la reina a un anarquista que era otro pariente mío, Salvochea Álvarez.

–¿Cómo celebra sus 90 años?

–Trabajando. Yo vivo porque estoy borracho con las cosas que hago todos los días. Contando mis canciones me lleva todos los días como unas nueve horas de trabajo porque a mi edad todo cuesta más, pero yo me emborracho de todo eso y así puedo soportar que se haya ido mi mujer. Tengo muy presente cada día que estoy en el final. A mi edad la muerte se mastica y no la temo. La falta de mi mujer me ha dado una confianza y amistad con ese mañana porque si ella está allí yo también puedo estar. Antes me daba pánico la muerte y ahora hablo con ella. La inesperada muerte de mi mujer, siendo catorce años menor que yo, y que ha sido mi motor durante sesenta años, me hace preparar la maleta para irme.