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Vista aérea del complejo urbanístico de la Isla de Valdecañas (Cáceres)

Exclusiva

Valdecañas: el paraíso extremeño de los famosos ya es legal

«Quedan legalizadas las construcciones y edificaciones ejecutadas en los terrenos conocidos como Isla de Valdecañas», puede leerse en el Diario Oficial de Extremadura

Valdecañas es la urbanización extremeña en la que tienen su segunda residencia José María Aznar junior, el duque de Miranda, los Huarte, los Vargas Zúñiga, los Abelló, Alfonso Galobart bisnieto de Alfonso XIII, los Cisneros e incluso, hasta hace unos años, el cantante Carlos Baute también tuvo casa allí hasta que se la vendió al notario Carlos Alcocer. Ahora se salva de la piqueta y la población de El Gordo que depende de la urbanización podrá mantener sus trabajos y su vida allí, sin tener que aumentar las estadísticas de la España vaciada. Gente discreta que busca tranquilidad y han estado 15 años de pleitos.

En 2009, justo cuando caía Madoff los cuatro socios de Vertical Real State, entre los que figuraban Beltrán Gómez Acebo y Jaime López Ibor, se pusieron a vender casas en un erial extremeño del que nadie había oído hablar. Vendieron 185 viviendas que disponían de club social, en cuyas cocinas se manejaba la marquesa de los Balbases. Trabajaron durante tres años más de mil personas de Ferrovial en su construcción.

Han pasado quince años en vilo porque en cualquier momento podría llegar la piqueta a destruir lo creado. Finalmente hoy viernes 24 de marzo, Valdecañas parece que se salva de la destrucción. El presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara ha firmado una ley que pone orden a un despropósito, en el que desde el primer momento parece que haya habido un ataque a un tipo de personas con nivel económico muy alto, que a un verdadero interés por las aves o por la ecología porque cuando aquello era una zona degradada, antes de limpiarlo y urbanizarlo, nadie vio naturaleza y aves a defender.

Beltrán Gómez Acebo y Andrea PascuaLGTRES

La Asamblea de Extremadura, integrada por los representantes del pueblo de Extremadura, declara, mediante esta Ley ( LEY 2/2023, de 22 de marzo ) de interés público regional el Proyecto de Interés Regional del Embalse de Valdecañas, y así mismo que concurren razones imperiosas de primer orden, incluidas razones de índole social o económica en el citado proyecto, al amparo de lo dispuesto en el artículo 6 de la Directiva 92/43/CEE del Consejo, de 21 de mayo de 1992, relativa a la conservación de los hábitats naturales y de la fauna y flora silvestres”.

Y por tanto, desde su publicación hoy viernes 24 de marzo en el Diario Oficial de Extremadura, al que El Debate ha tenido acceso;

«Quedan legalizadas las construcciones y edificaciones ejecutadas completamente en los terrenos conocidos como Isla de Valdecañas y se declara la concurrencia de razones imperiosas de interés público de primer orden, incluidas razones de índole social y económica, en la realización y mantenimiento de las concretas obras, construcciones e instalaciones realizadas, así como de sus correspondientes usos y servicios complementarios, del Proyecto de Interés Regional Isla de Valdecañas; y finaliza la Ley con la disposición final tercera que ordena la entrada en vigor de la norma el mismo día de su publicación en el “Diario Oficial de Extremadura».

La ley sigue dando argumentos a su favor

«En el caso particular del Proyecto de Interés Regional Marina Isla de Valdecañas ha quedado acreditado que su ejecución no ha causado perjuicio a la integridad del espacio en cuestión, como puso de manifiesto el Auto del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura de 30 de junio de 2020 (confirmado por otro de 21 de septiembre del mismo año), en el que, tras transcribir el artículo 6 de la Directiva 92/43/CEE, se concluye que El mantenimiento de lo construido no causa perjuicio a la integridad de la ZEPA». Afirmación que se sostiene en una labor cuidada y meticulosa de valoración de la prueba, en especial el informe pericial emitido por la Estación Biológica Doñana (CSIC).

Nada se opone, pues, a la legalización de lo construido y finalizado en la denominada Isla de Valdecañas.

«El proyecto Isla de Valdecañas ha tenido un impacto favorable en la zona tanto desde el punto de vista económico como de generación de empleo y de fijación de población en el territorio. El CES de Extremadura reconoce que el medio ambiente es un valor preservable, pero a la fecha actual y de la documentación consultada, no encontramos datos concluyentes que acrediten que la actuación urbanística ha incidido negativamente en la Isla de Valdecañas en relación a la situación medioambiental preexistente.

Asimismo, creemos que los valores medioambientales también deben constituir un elemento de progreso económico y social y, por ello, defendemos la necesidad de mantener un equilibrio de la protección de los ecosistemas con el desarrollo del territorio. Hemos de tender, pues, a alcanzar un desarrollo sostenible en el que la ecología sea un aliado y no un adversario.

Es opinión de este Consejo que, de existir, la magnitud del daño medioambiental que conllevó la puesta en funcionamiento del Complejo Marina de Valdecañas resulta menor que la que puede producirse sobre la población de El Gordo, y que, aún considerando los valores medioambientales dignos de ser contemplados y protegidos, hasta el extremo de hacer girar en torno suyo la estrategia de desarrollo de nuestra región, su defensa no puede hipotecar las posibilidades de las poblaciones que con su presencia y trabajo han posibilitado la evolución y el sostenimiento de los ecosistemas que deseamos proteger».