La emoción de Carlos Sainz y otras anécdotas de la boda de su hija Blanca
La ceremonia y el banquete tuvieron lugar en Cebreros (Ávila) con el piloto como padrino
Blanca Sainz, la hija mayor de Carlos Sainz y Reyes Vázquez de Castro, y Guillermo Comenge, ya son marido y mujer. La pareja se dio el 'sí, quiero' en la tarde de este viernes, tras varios años de discreto noviazgo. La ceremonia tuvo lugar en la iglesia de Santiago Apóstol de la localidad de Cebreros, en Ávila, que está declarada como Bien de Interés Cultural. Y la celebración posterior, en la finca familiar La Piñonera, en la misma localidad abulense.
Hasta allí se desplazaron los amigos y familiares más allegados de la pareja, entre los que destacan el nieto de la duquesa de Alba, Carlos Fitz-James y su esposa, Belén Corsini; la Princesa de Panaguiúrishte, Carla Royo-Villanova, esposa de Kubrat de Bulgaria; así como los dos hermanos de la novia, Ana, la pequeña y menos mediática de la familia, que acudió a la cita del brazo de Rodrigo Fontcuberta; y Carlos Sainz Jr., que lo hizo solo.
Cabe recordar, en este sentido, que la de este viernes fue la primera aparición pública del piloto de automovilismo español después de que se conociera, hace escasos días, que había puesto punto final a su historia de amor con Isabel Hernáez (28), tras más de seis años de relación. La pareja habría tomado caminos diferentes, según el periodista británico Matthew J. Thompson, tras numerosos rumores de engaño entre ambos.
La ceremonia comenzó cerca de las 18:00 horas, momento en que la novia, apareció, radiante, en compañía de su padre y padrino, Carlos Sainz. Para su gran día, Blanca escogió un vestido de cuello barco y corte clásico, confeccionado en tejido de tul, de manga corta, y con el cuerpo plisado y falda evasé con cola de capilla. Se trata de un diseño de Navascués, el taller fundado por Cristina Martínez-Pardo Cobián, uno de las grandes referentes en el sector nupcial que ha vestido a numerosos rostros conocidos, como la actriz Dafne Fernández o Belén Corsini.
Blanca completó su look con un velo clásico que cubría su rostro a su entrada al templo, y que sujetada al pelo con un broche a juego con unos pendientes largos de estilo art decó; y con un ramo que mezclaba rosas blancas, margaritas manzanilla, eucalipto y ramas de olivo.
Concluida la liturgia, los contrayentes pusieron rumbo, junto a los invitados, a la finca de los Sainz, a escasos minutos del templo. Con 230 hectáreas, este es uno de los lugares favoritos de la familia y donde el ganador del Premio Princesa de Asturias, elabora en esta tierra su propio vino.
Por el momento, no se han trascendido demasiados detalles de la celebración. Sin embargo, todo apunta a que ha seguido la misma línea que la de Ana, la hija menor, que eligió el mismo escenario para celebrar su boda con Rodrigo hace cuatro meses.