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El giro radical en la vida de Tana Rivera
La joven de 23 años cambia Madrid por Sevilla estando más cerca de su padre y de su novio, Manuel Vega
Ajena a los rumores de crisis que apuntaban a que su relación con Manuel Vega había terminado, Tana Rivera reapareció el pasado fin de semana en la plaza de toros de las Ventas en el homenaje a José Cubero 'Yiyo'. Lo hizo acompañada de su novio y la que fue una de sus últimas salidas por la Capital.
La hija de Francisco Rivera y Cayetana Martínez de Irujo se traslada a Sevilla de forma indefinida tras la gran oportunidad laboral que le ha surgido en el área internacional del Grupo Pacífico, empresa líder en la organización de Congresos Nacionales e Internacionales. De hecho, se incorporó a ella para completar la nueva sede sevillana, como ya hicieron anteriormente con Barcelona, Madrid y Zaragoza.
La joven comenzó su andadura profesional hace tres años, cuando aún estaba terminando sus estudios de Administración y Dirección de Empresas en la Universidad San Pablo CEU. Contó con la oportunidad de unirse al equipo de Global Talent Services, filial de discográfica Universal encargada en la organización de conciertos y festivales y que dirige el marido de su madre, Narcís Rebollo, con el que se casó en noviembre de 2018 en Las Vegas.
Encontró, de esta forma, cierta estabilidad tras un par de años convulsos en cuanto a los temas que rodeaban su formación y su corazón. Tana suspendió dos veces la selectividad, por lo que no pudo ingresar en la universidad, y sufrió dos rupturas con jóvenes deportistas, tras la segunda confesó: «Ya no estoy con él ni con nadie. Ahora no tengo ganas».
Todo cambió cuando Manuel Vega entró en su vida. Un exitoso empresario sevillano al que conoció a través de un grupo de amigos que tenían en común. Desde el primer momento sintieron un flechazo y la diferencia de edad de 9 años no parece ser un problema para ellos, ya que comparten las mismas aficiones e inquietudes. El joven se ha incorporado en la familia a la perfección, hasta tal punto que Eugenia describió al novio de su hija como «un chico encantador, educado y muy trabajador».
Muy discreta con su vida pese a haber crecido con la fama de sus padres, Tana asegura que no se le pasa por el momento casarse ni tener hijos con él. Por muy consolidada que esté su relación no se lo plantea: «Tampoco, eso tampoco. Y hacer abuela a mi madre mucho menos. Se muere».
Su cambio de vida les permitirá, ahora, pasar más tiempo juntos, ya que el empresario reside en la capital hispalense desde la cuna. Aunque no será el único en alegrarse de la mudanza. Su padre, Francisco Rivera, la mujer de este, Lourdes Montes, y sus hermanos, Carmen y Curro, están encantados con que se haya instalado con ellos en casa.
«Cuando está Tana, tengo una compañera. Se lleva de maravilla con sus hermanos porque ella se ha encargado de que así sea... Los niños quieren a la gente que les dedica tiempo y Tana se ocupa de ellos: les trae regalos, se los lleva de paseo y los mima», explicó el extorero en una entrevista.