El futbolista que triunfa con un restaurante japonés recomendado por la Guía Michelin
El defensa del Atlético de Madrid Mario Hermoso está detrás de Tora, que fusiona la cultura japonesa y española en platos como la gyoza de morcilla
Tora se traduce del japonés como tigre, un animal que representa la audacia, la valentía y la velocidad. Un carácter con el que siempre se ha identificado Mario Hermoso, un chico de 27 años criado en el madrileño barrio de la Concepción y que dio sus primeros balonazos en la calle. Hoy despunta como central en el Atlético de Madrid y en el vestuario, se refieren a él como el tigre. De ahí toma el nombre su primer proyecto gastronómico: un restaurante japonés que abrió en la calle Padilla, en el barrio Salamanca. La idea nació durante una cena de amigos improvisada y se materializó en julio de 2022 cuando abrió sus puertas. El futbolista confió en el buen hacer en los fogones del cocinero José Osuna, a quien nunca le hizo falta pasar por una escuela de hostelería. Se curtió en las cocinas de Sushi 99, Kappo o Saisho.
La comida de Tora fusiona lo japonés y lo español, creando platos únicos y centrados en el producto. Destacan platos como la gyoza de morcilla asturiana, el tartar de toro con yema y trufa o el sashimi moriwasi, con cinco tipos de pescado. También merece una mención especial el wagyu nipón, en su mejor categoría (A5), que sirven en varias creaciones como la deconstrucción de pan con tomate con cecina de wagyu y piel de yuzu.
Recurren al minimalismo, no buscan artificios ni decoraciones excesivas, de modo que cualquier otro ingrediente que acompañe a la comida principal está para potenciar el sabor y hacer aún mejor la experiencia. «En Tora ponemos el foco en el producto, es el protagonista», afirma José Osuna. Recientemente Tora ha entrado a formar parte de la Guía Michelin 2023, el espaldarazo definitivo de la crítica.
El restaurante presenta una decoración sencilla, lejos de los excesos que abundan hoy en día, siendo el tigre uno de los elementos principales presente en los platos, palillos e incluso, el uniforme de los empleados. Con un punto minimalista y elegante, cada detalle evoca a la cultura asiática.
El restaurante está dividido en dos plantas y tres espacios. En la superior hay dos, uno ocupado por mesas bajas y otro ocupado por una barra en la que el chef elabora los platos en directo. En este último pueden sentarse hasta ocho personas a comer al mismo tiempo que disfrutan del espectáculo.
Por otro lado, en la planta inferior se encuentra la zona más exclusiva, ya que solo se puede acceder con reserva previa. Se trata de una sala con una barra más amplia que la del piso superior, en la que entran un total de 10 personas. Aquí se puede degustar un menú muy especial, el Omakase. Este tiene 16 platos hechos exclusivamente para la ocasión, ya que van variando y no aparecen en la carta. Si el cliente prefiere más privacidad, aquí también se encuentra una sala cerrada disponible para reservar.