Cuatro curiosidades sobre Buckingham, el palacio al que se mudan Carlos III y Camilla

Después del fallecimiento de Isabel II y con el comienzo de un nuevo reinado, Carlos III y la Reina Camilla han tomado la decisión de hacer las maletas y establecer el Palacio de Buckingham como nueva residencia. Pero no será de forma inminente, sino que todo apunta a que habrían fijado 2027 como el año del cambio, ya que el palacio se encuentra en estos momentos inmerso en un proyecto de remodelación que parece que va para largo, la primera obra que se realiza desde la II Guerra Mundial.

De esta forma, los Reyes británicos abandonarán Clarence House, el que ha sido su hogar durante más de 20 años. Fue en 2003 cuando lo convirtieron en su refugio y, aunque su idea principal era continuar viviendo allí tras acceder al trono –por considerar Buckingham como «no apto para el propósito moderno»–, parecen haber cambiado de opinión. Pero, ¿qué esconde el Palacio y por qué es tan emblemático?

Convertido en hogar

Buckingham tiene una larga historia detrás de sus muros, entre los que esconde algún que otro secreto (sin contar con el diario de Isabel II, que ya ha pasado a ser custodiado por su lacayo, Paul Whybrew). Su origen se remonta a la Edad Media, cuando todavía formaba parte del señorío de Ebury, aunque empezó a cobrar importancia en el siglo XVIII gracias a Jorge IV. Sin embargo, la primera en vivir allí fue la Reina Victoria, convirtiéndose así en residencia oficial.

Su construcción terminó en 1703, pasando a ser una pequeña ciudad entre muros. El Palacio de Buckingham contaba –y cuenta– con más de 400 obras de arte, un quirófano completamente equipado, piscina, correos, caballerizas e, incluso, una pinacoteca. Además, al tratarse de un edificio emblemático, cuando la Reina estaba de vacaciones en Escocia, sus estancias se abrían al público para que este pudiera visitarlas, y parece que así seguirá siendo.

Un presupuesto desorbitado

La que será la nueva residencia de Carlos III y la Reina Camilla tiene 775 habitaciones, entre las que se encuentran 52 para realeza e invitados, 188 para personal, 19 camarotes y 78 baños. Eso sin contar con el resto de estancias como cocina, salones y recibidores. Una auténtica obra maestra creada por el arquitecto John Nash que, accidentalmente, se salió en gran cantidad del presupuesto.

Al parecer, Jorge VI le encargó un palacio de estilo neoclásico francés, sin llegar a imaginar que su presupuesto de reforma se multiplicaría por cuatro, alcanzando casi el millón de libras. Según se informó, su despido fue inmediato, pero el Palacio de Buckingham se convirtió en la majestuosidad que es a día de hoy.

Un banco en casa

El nombrado ‘banco de la Reina’ fue fundado hace más de 300 años por un empresario de Edimburgo bajo el nombre ‘Coutts and Co’. Sus primeros clientes fueron nobles de Escocia, pero no tardaron en incorporarse a la lista nombres como Lord Byron, Charles Dickens o Chopin. Además, esta entidad bancaria pasó a prestar servicio a la Familia Real, que no dudó en instalar un cajero automático en el Palacio de Buckingham.

Una seguridad que deja mucho que desear

Al Palacio han querido entrar muchos fanáticos de la realeza, pero solo uno consiguió burlar todas las medidas de seguridad: Michael Fagan. Fue en 1982 cuando el individuo, pintor y decorador, entró en el edificio mientras Isabel II dormía, siendo este su segundo intento de colarse en los aposentos de la Reina.

Al parecer, la primera vez se coló a través de una ventana abierta en el techo, pasó 30 minutos comiendo queso cheddar y galletas, descansó en el trono y entró en la sala de correos. Después de beberse media botella de vino, decidió irse.

La segunda vez, el 9 de julio, escaló por una pared de 4 metros y, trepando por una tubería de desagüe, se coló en el dormitorio de Su Majestad, que salió corriendo al verle en un sitio tan privado e íntimo como su habitación. Todo quedó en un susto, pero el Palacio de Buckingham reforzó su seguridad. Ahora, serán los Reyes Carlos y Camilla los que escribirán otro capítulo en la historia de la monarquía desde los muros del palacio.