¿Se parece el vestido de novia de Tamara al de la Reina Letizia?

En cualquier boda normal es el secreto mejor guardado y en la de Tamara Falcó todavía más. Primero por la expectación que rodeaba este enlace desde el mismo momento en el que al hacerse oficial comenzaron a salir a la luz infidelidades del novio a la novia y después porque una vez superados todos los obstáculos entre la pareja la firma elegida por la marquesa de Griñón rompió con ella a pocas semanas de la boda acusándola de intentar plagiar un vestido de Chanel.

Es por eso que el look con el que la hija de Isabel Preysler se ha convertido en la mujer de Onieva ha dado tanto que hablar antes siquiera de poder verse. Y ahora que la revista Hola ha publicado todas las imágenes de la boda el debate está servido. ¿Se ha inspirado Tamara Falcó en la Reina Letizia?

Aunque en todo momento Wes Gordon ha asegurado a la revista HOLA que su creación está inspirada en el traje de novia de Grace Kelly, la silueta del vestido –a excepción del característico cuello chimenea- y el bordado central, unido al tipo de mangas y al cierre del look que supone la tiara ha recordado mucho al traje de novia con el que Letizia Ortiz Rocasolano se convirtió en Doña Letizia, Princesa de Asturias, en 2004. Firmado por Pertegaz, el vestido de la actual Reina de España se convirtió un diseño icónico hace casi 20 años por lo que a fecha de hoy todavía permanece en el recuerdo de cualquier aficionado a la moda nupcial.

Esté inspirado en quien esté inspirado, lo cierto es que el estilismo de Tamara Falcó, con un evidente aire medieval, ha sido de lo más acorde al escenario donde se ha convertido en mujer de Íñigo Onieva. Confeccionado en crepé de seda blanco marfil, con cola en cascada , manga larga y con silueta abrigo, el toque original del vestido lo pone la hilera de botones forrados que recorre la pieza desde el escote a los pies rodeada por un espectacular bordado artesanal que, tal y como recoge la citada cabecera, entrelaza hilos de seda con hilos de oro, plata y cristal. Realizado con una técnica ancestral conocida como Zardozi, que es la que se emplea en los vestidos de las maharaníes indias, la confección del vestido conllevó cerca de 400 horas de trabajo.

La polémica lleva acompañando a esta pareja de recién casados desde prácticamente sus inicios y parece que el ‘Sí, quiero’ no ha sido suficiente para callar las voces más hostiles. Es por eso que, tras mostrar su portada en su perfil de Instagram, la revista que publica la exclusiva de la boda ha tenido que bloquear los comentarios de su post, donde las críticas a la pareja se comenzaban a multiplicar.