
Carmen Cervera y Borja Thyssen durante la inauguración de la exposición 'Víctor Vasarely:el nacimiento del Pop Art'
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La gran cuenta pendiente de Tita Cervera con su hijo, Borja Thyssen
El que fuera el niño adorado de la baronesa se ha convertido en un dolor más grande de cabeza
La (polémica) vida de Tita Cervera ha vuelto a salir a la luz después de publicarse su biografía, La baronesa, de la mano de Nieves Herrero –y sin su autorización–. No es ningún secreto el gran patrimonio económico y cultural que posee después de la muerte de su marido, el barón Thyssen, como tampoco es ningún secreto la mala relación que comparte con su hijo, el protagonista de la jornada, desde hace años.
Hoy, Borja Thyssen está de celebración al cumplir 43 años. Sin embargo, una vez más, su nueva vuelta al sol estará marcada por la ausencia de Tita Cervera, de la que le separan más diferencias que similitudes. Hace un tiempo se especuló con un acercamiento entre madre e hijo, pero nada más lejos de la realidad. Con la publicación del libro, se ha vuelto a conocer que entre ellos ya no queda nada de lo que un día fue.
Borja Thyssen llegó como una alegría a la vida de la baronesa, que vio en su pequeño el heredero perfecto para la gran fortuna que el matrimonio amasó, además de su pilar fundamental. Fueron uña y carne, hasta que en los años 90 los cimientos de su relación se tambalearon por completo con la llegada de Blanca Cuesta. Borja apostó por su amor y dio la espalda por completo a su madre, que no quería saber nada de la mujer que había llegado a la vida de su hijo, según ella, con el objetivo de aprovecharse de su fortuna. Una historia que culminó en 2007 frente al altar y que dio el pistoletazo de salida a la guerra fría entre madre e hijo.
Tita Cervera siempre vio en su primogénito su gran esperanza, además de su mano derecha en todas las iniciativas culturales del museo Thyssen. Sin embargo, a nivel personal fue su gran decepción, el hijo que nunca deseó que fuera. Durante años, ambos utilizaron los medios de comunicación para lanzarse las declaraciones más incendiarias, hasta que en 2022 protagonizaron una tregua posando juntos en un acto del museo.Pero la buena sintonía duró poco, pues la baronesa no tardó en sentarse en un plató de televisión y volver a sacar todos los trapos sucios familiares, señalando como única culpable de la situación a su nuera. «He sufrido mucho. Las madres siempre pensamos que puede haber un cambio, y yo soy una persona positiva y creo que habrá un cambio algún día, ya está (…) Lo sigo echando de menos», sentenció.
A día de hoy, no existe ese acercamiento (ni se le espera). Pero para Tita Cervera ya no es un quebradero de cabeza. La mala relación con Borja siempre será motivo de dolor, pero ahora la baronesa tiene un horizonte casi perfecto en el que destacan dos protagonistas: sus hijas Guadalupe Sabina y María del Carmen.
La coleccionista no tiene nada de qué preocuparse, ahora tiene descendencia más allá de Borja, tiene dos hijas que se ocuparán de su legado y que compartirán la herencia con su primogénito. Aunque todo lo que rodea a las mellizas de Tita es un absoluto misterio, lo cierto es que son tan herederas como Borja, el hijo que la decepcionó.