El motivo por el que Carlos III viaja siempre con seis tarros de miel
A cada destino, el Rey se lleva consigo una caja de desayuno para garantizarse empezar el día acorde a sus gustos
El próximo 8 de septiembre se cumplirá un año del fallecimiento de Isabel II y, como se ha podido saber, el Rey Carlos III pasará este día en la intimidad de Balmoral, sin ser protagonista de ningún acto homenaje. Siguiendo los pasos de su madre, vivirá una jornada de «reflexión privada» y serán los Príncipes de Gales los encargados de presidir cualquier evento oficial. Después de esta fecha marcada en rojo en su calendario, Carlos III retomará su agenda con primera parada en Francia.
Tras cancelar su visita de Estado por las protestas en el país, el padre del Príncipe Enrique se encontrará con Emmanuel Macron el próximo 20 de septiembre. Lo único que ha trascendido es que hará una primera parada en París para después continuar por Burdeos. La gran pregunta es: ¿llevará consigo los seis tarros de miel que siempre le acompañan?
Desde que el monarca comenzase su andadura en la Corona británica como representante en los viajes de Estado a diferentes partes del mundo, siempre se ha llevado consigo seis tarros de miel que forman parte de su caja de desayuno; una forma de asegurarse que comenzará el día con buen pie esté donde esté. «Carlos lleva pan casero, un tazón de fruta fresca, zumos de fruta… Donde quiera que vaya en el mundo, la caja de desayuno va con él. Tiene seis tipos diferentes de miel, algunos mueslis especiales y frutos secos», ha informado el chef real, Grahan Newbould para The Mirror.
De la misma forma que Isabel II tenía la costumbre de pedir fish & chips a su llegada a Balmoral, el Rey Carlos ha convertido esta costumbre en tradición cada vez que tiene que despedirse de su hogar por unos días. Para sentirse como en casa, el primogénito de la Reina Isabel no solo se lleva su propio desayuno, sino también algunas de sus pertenencias, las cuales mete en un camión para que lleguen antes que él a su destino. Unas extrañas manías que salieron a la luz de la mano del libro de Tina Brown, en el que contaba que entre las pertenencias del Rey estaban su cama, sus muebles y hasta sus cuadros para decorar su habitación con paisajes de las Tierras Altas de Escocia.
Carlos III está lleno de secretos, pero sus manías nunca las ha escondido, al menos dentro del Palacio de Buckingham. Así, el exchef real, Darren McGrady, también contó que el Rey siempre tenía que asegurarse de que la despensa estuviera bien surtida con sus propios productos. «La instrucción era poner dos ciruelas y un poco de zumo en un tazón y enviárselo para el desayuno. Él tomaba una ciruela y la otra volvía, la metía en el frasco y la guardaba», reveló el exchef, que estuvo sirviendo a la Familia Real durante más de 15 años. Unos caprichos que se sumaron a la lista de costumbres en las que también figuraban, como reveló el exmayordomo de Lady Di, la de planchar su pijama todas las mañanas, llenar la bañera hasta la mitad y dejar el tapón del baño de una determinada manera.