Todas las mujeres de Mohamed VI de Marruecos

Sus largas ausencias, su frialdad y su desconexión con la calle continúan empañando la imagen del Rey Mohamed VI. Su tardía reacción ante lo ocurrido en Marruecos tras el terremoto, de magnitud 6,8, que sacudió al país, ha desembocado en que haya sido objeto de críticas tras pronunciarse 18 horas después de lo ocurrido. Se abrió entonces un debate que ya se había puesto sobre la mesa en el pasado: su posible abdicación. No solo lo acontecido le coloca en primera plana mediática, sino su visible deterioro físico. Mucho se habla de este asunto que podría afectar al pueblo marroquí, pero ¿quiénes son las mujeres de confianza del Rey?

El Rey de Marruecos siempre ha compartido escena con su hermano, Moulay Rachid, pero también con sus tres hermanas: las princesas Lalla Meryem, Lalla Hasna y Lalla Asma, demostrando así que cuentan con una verdadera unión familiar tanto dentro como fuera de los muros de palacio. La confianza que ha depositado el soberano marroquí en ellas se aprecia en los pequeños y grandes detalles. E incluso en las responsabilidades políticas que asumen.

Lalla Meryem, la mayor de todas, es la que ejerce el rol más poderoso en la corte de Mohamed VI. Es la que más protagonismo ha ganado con el paso del tiempo. De alguna forma tiene sentido que ella sea, en muchas ocasiones, el centro de todas las miradas. Si la ley Sálica no siguiera vigente en Marruecos, Lalla Meryem habría sido la Reina. Sin embargo, la labor oficial de ella es la de presidir dos organizaciones orientadas a proteger a la infancia y las mujeres y es embajadora de la UNESCO.

Es complicado no perder la vista a las otras dos hermanas del clan, a pesar de que también ha sido posible verlas cómo se codean con importantes personalidades como el Papa Francisco, la Reina Letizia o Meghan Markle, entre otras. Por su parte, Lalla Asma es la tercera hija de Hassan II y la segunda hermana del Rey. Nació en Rabat en el año 1965 y con tan solo 20 años se casó con Khalid Bouchentouf, hijo del alcalde de Casablanca, con quien ha tenido dos hijos y con quien continúa viviendo su historia de amor.

La menor de todas ellas es Hasna y no es ni mucho menos desconocida para el papel cuché de nuestro país, ya que fue uno de los romances de El Litri, aunque, finalmente, pasó por el altar, en 1994, con Kalil Benharbit, un cardiólogo hijo del jefe de gabinete del ministro del interior marroquí.

Siguiendo este círculo cercano a Mohamed VI nos encontramos con su hija, Lalla Khadija, fruto de su matrimonio con Lalla Salma. Tiene solo 16 años, pero está destinada a convertirse en una figura central de la familia real de Marruecos. Sus apariciones son muy escasas, pero es la viva imagen de la modernidad. A pesar de la discreción en la que vive, la joven ya apareció en la portada de una revista con solo 11 años, bajo el titular ‘Una mirada al futuro’. Además, cuando se realizó el reportaje su padre no dudó en acompañarla.

Como curiosidad, el día de su nacimiento, el 28 de febrero de 2007, su padre quiso mostrar su alegría indultando a 9.000 presos, pero, además, todos los niños nacidos en esa fecha recibieron un regalo de la Familia Real de Marruecos. Lalla Khadija, que no figura en la línea de sucesión al trono, empezó a asistir al colegio real con cuatro años, toca el piano, la guitarra y habla español, inglés y francés con fluidez. Y, actualmente, mantiene relación con varias causas filantrópicas y humanitarias. Llegados a este punto, es necesario mencionar a la exmujer de Mohamed VI, Lalla Salma.

Su divorcio de Lalla Salma

Han pasado cinco años desde que el Rey y Lalla Salma anunciasen su divorcio. Desde entonces ha reinado el absoluto hermetismo, pero también la desaparición del ojo público por parte de la madre del heredero al trono de Marruecos. La última información sobre ella data de hace más de un año, cuando un medio marroquí aseguró que había celebrado su 44 cumpleaños en su residencia habitual en Rabat, rodeada de su familia.

Fue en 1999, cuando el Rey anunció su compromiso con una mujer totalmente contraria a su religión: pelirroja, con larga melena y sin velo, pero no importaron las críticas porque lo suyo fue un flechazo a primera vista. Tres años después celebraron su enlace en el Palacio Real de Rabat, pero en 2017, se produjo un inesperado giro de guion en su historia, que marcó el declive de su matrimonio.