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La familia real holandesa, en jaque por su pasado nazi
Los ‘Orange’ no han podido escapar a agrias polémicas durante su historia
Ser un personaje público con cierta importancia suele implicar una dosis de crítica, así como tener que caminar con la polémica como compañera de viaje. En ocasiones, el pertenecer a una Casa Real no solo no exime de esto, sino que lo pone en bandeja. El caso más reciente lo protagoniza la Familia Real de Holanda. Curiosamente, no son Máxima ni Guillermo los que se han visto salpicados de un nuevo escándalo, sino un miembro de los Orange ya desaparecido.
Hablamos del abuelo del Rey Guillermo Alejandro, el Príncipe Bernardo. A raíz de unas informaciones que han visto la luz hace no mucho, ha pasado de ser un supuesto héroe de la resistencia a un miembro del partido nazi. Su fallecimiento en 2004 no ha apagado el deseo de conocer más acerca de su figura.
Es en ese punto cuando los Países Bajos se encuentran enfrascados en demostrar si Bernardo estuvo vinculado al movimiento liderado por Adolf Hitler. «Nunca fui nazi. Puedo prometerlo con la mano en la Biblia», dijo en una entrevista con mucha seguridad. Entonces, ¿qué es lo que ha hecho desempolvar ahora este asunto?
La respuesta se encuentra en el libro Los Rezagados, escrito por el exdirector de los Archivos Reales, Flip Maarschalkerweerd. Este autor aporta pruebas de la existencia del carné de miembro del NSDAP (Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán) del Príncipe Bernardo en los años 30. Y lo hace con la venia del Rey Guillermo Alejandro. Además, refuerza la afirmación de que Bernardo estuvo ligado al nazismo con unas declaraciones que el monarca hizo. En ellas venía a decir que su bisabuela Guillermina «podría haber desempeñado un papel diferente» para los judíos de Holanda en tiempos de guerra.
El Príncipe Bernardo no era un miembro de la realeza más. Se trataba de un tipo sin igual que durante su vida dejó un recuerdo imborrable aunque a veces por motivos de dudosa honorabilidad. Sin ir más lejos, al esposo de la Reina Juliana se le recuerdan polémicas como la de tener hijos ilegítimos o el caso de soborno relacionado con sus gestiones para la compañía aeronáutica Lockheed. Gracias a estas negociaciones, Bernardo consiguió hacerse con un millón de dólares que fueron directamente enviados a una cuenta suiza.
Los periodistas que lograron entrevistarlo hablan de él como una persona que se había creído su propia mentira. Sin embargo, con lo que no contaba era con que en el futuro apareciera un día cualquiera una prueba documental tremendamente concluyente. Y esa prueba no es otra que un carné de afiliación de Bernardo al partido nazi, encontrado en los Archivos Reales.
En dicha tarjeta se especificaba que tenía derecho a tenerlo en su poder y a hacer lo que quisiera con él. Quizá poco preocupado por dónde iría a parar su carné, lo cierto es que el Príncipe holandés sí que había declarado años atrás haber sido miembro del ala juvenil de las SS, alegando que era un requisito necesario para aprobar sus exámenes.
Este hallazgo ha revolucionado por completo los Países Bajos, y no es para menos, puesto que choca de bruces con su fama de héroe de la resistencia en la Segunda Guerra Mundial, cuando desde Londres se le colocó como líder en la lucha contra el ejército nazi de Hitler. Definitivamente, la historia nunca dejará de sorprendernos.