El grave error de protocolo y estilístico de Francina Armengol en la jura de la Princesa Leonor
Francina Armengol pisó la moqueta del Congreso de los Diputados, el pasado 31 de octubre, restando relevancia y significado al acto al que asistía. Ella era la encargada de recibir el juramento de la Constitución de la Princesa de Asturias. El discurso de la presidenta de la Cámara Baja se asemejó más un mitin político que a las palabras que se esperan de la tercera autoridad del Estado. Ni una referencia a la historia de España, ni a la Monarquía. Sí habló, en cambio, de feminismo, la crisis climática o la lucha contra la violencia de género. También estuvo muy rápida a la hora de interrumpir la larga ovación a la Princesa de la casi unanimidad de los diputados y senadores presentes.
Más allá de su impresentable actuación, la elección de su estilismo para un acto tan solemne no fue la acertada. Para empezar, se presentó con un vestido del mismo color que el diseño de Carolina Herrera de la Reina Letizia. Teniendo en cuenta que las dos ostentaban un papel tan relevante en la ceremonia y que comparten muchos de los planos e imágenes, ¿no actuó protocolo para que no coincidieran?
La Reina Isabel II de Inglaterra, quien apostó por vestidos deliberadamente coloridos («tienes que ser visto para ser creído»), avisaba con antelación del tono que elegiría para no coincidir con otra invitada. Cierto que en la jura de Leonor había más asistentes de azul, puesto que es el color de su estandarte y de la bandera del Principado de Asturias. Isabel Díaz Ayuso, por ejemplo, también vistió de azul, pero no ejercía un papel relevante en la ceremonia, con lo que no había mayor problema. Además, estaba elegantísima.
Más allá del color, Armengol tampoco tuvo en cuenta que se trataba de un acto de día. Su traje llevaba unos volantes en las mangas, adornados con pedrería. Como accesorios, sacó un anillo XL tipo swarovski y para rematar unas bailarinas también metalizadas. Los brillos se suelen reservar para las ceremonias de tarde o noche y no para presentarse en el Congreso de los Diputados a las once de la mañana.
Arriesgado también prescindir del tacón llevando un vestido corto por la rodilla. «Soy una firme defensora del zapato cómodo para eventos y actos. Pero estas bailarinas de Francina Armengol me han parecido absolutamente fuera de lugar e inapropiadas para este acto y este cargo, que era la anfitriona del mismo», comentaba Diana Rubio, doctora en comunicación y experta en protocolo.
Desde su nombramiento como presidenta del Congreso el pasado 17 agosto, Francina Armengol ha incurrido en varios errores de estilo. Acostumbra a sentarse en la butaca del Congreso, con los hombros al descubierto, y a finales de septiembre se presentó con un vestido de tirantes playero y un collar de cuentas al estilo hippy.
¿Hay algún código de vestimenta para entrar al Congreso de los Diputados? La norma establece que el acceso y circulación por los edificios que lo conforman tiene que ser acorde al «decoro exigible». Las medidas aprobadas en 2011 tenían como finalidad evitar prendas como bermudas o camisetas de tirantes.