La Reina Sofía, en el acto en el que Emilio Lora-Tamayo fue nombrado rector honorario de la Universidad Camilo José Cela
Las dos personas que apoyan a la Reina Sofía en su soledad
Siempre discreta, la madre de Don Felipe divide sus días entre el palacio de La Zarzuela, en Madrid, y Marivent, en Palma
«nunca te quejes, nunca des explicaciones». La Reina Sofía ha seguido durante toda su vida el principio por el que también se rigió, con acierto, Isabel II. Dos mujeres que nunca han exteriorizado sus sentimientos. Por ello, sorprendía verla hace unos días, con las lágrimas en los ojos, durante el acto en el que Emilio Lora-Tamayo era nombrado rector honorario de la Universidad Camilo José Cela. La madre del Rey Felipe atraviesa una etapa complicada. La semana pasada no se le permitió acudir al Congreso de los Diputados para ser testigo de la Jura de la Constitución de su nieta, la Princesa Leonor. Un motivo de alegría y orgullo para una abuela, del que no ha sido partícipe para no marcar la diferencia con su marido, el Rey Juan Carlos.
El pasado jueves la Reina Sofía cumplió 85 años y continúa sirviendo a la Corona, formando parte activamente de su agenda. Como todos, lidia con sus problemas. El 2023 arrancó con la muerte de su hermano, el Rey Constantino. Hace unos meses, se conocía que uno de los pilares de su vida, su hermana, la Princesa Irene, atraviesa un deterioro cognitivo y sufre pérdidas de memoria. Ambas son inseparables y comparten su día a día.
La Reina Sofía e Irene de Grecia
En 1981, tras el fallecimiento de la Reina Federica de Grecia, el Rey Juan Carlos I decidió acoger a su cuñada en Zarzuela dado que no tenía familia y el gobierno socialista griego le había despojado de su pasaporte y nacionalidad, además de sus bienes y dinero. Desde entonces cuenta con un ala propia en el Palacio, con una habitación, un baño, un vestidor y su propio salón. Juntas acuden a un actos oficiales, relacionados con la cultura o el medioambiente.
En los últimos años ha sido habitual ver también ver a la Princesa Irene acompañando a Doña Sofía en las temporadas de verano y Semana Santa, cuando se trasladan a Palma, al palacio de Marivent. Estas estancias junto al mar les recuerda a su infancia en Grecia, en el palacio de Tatoi.
Su amiga de la infancia
Además de su hermana, cuenta con otro importante apoyo; el matrimonio formado por su prima Tatiana Radziwill y su marido, el doctor Jean Henry Fruchaud. De igual manera que Irene y Sofía de Grecia, Tatiana es bisnieta del Rey Jorge I de Grecia, y amigas las tres desde la infancia ya que compartieron mucho tiempo juntas durante la II Guerra Mundial, cuando ambas familias estuvieron exiliadas en Sudáfrica.
Tatiana Radziwill, en el 18 cumpleaños de Leonor
Tras esa etapa y por motivos familiares, Tatiana y su hermano Jorge fueron acogidos por los padres de Doña Sofía, por lo que las niñas crecieron juntas y como hermanas.
Tatiana lleva toda su vida adulta junto al doctor Fruchaud, a quien conoció en la universidad y juntos viven en París, al igual que sus dos hijos y cinco nietos. La distancia que separa al matrimonio Radziwill Fruchaud de las hermanas Grecia no hace mella en su relación y es habitual ver a los cuatro, verano tras verano, paseando por las calles de Palma.