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Cándido Conde Pumpido Varela, junto a su madrastra, Clara Martínez de Careaga, y su padre

Quién es quién en la polémica familia Conde-Pumpido

El hijo del presidente del Constitucional ensucia con sus múltiples escándalos el apellido de la conocida saga de la Justicia española

El presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, de 74 años, despierta simpatías y animadversiones a partes iguales. Ligado a la izquierda judicial de este país, es un inteligente estratega dispuesto a maniobrar a beneficio de Pedro Sánchez. Desciende de una estirpe de juristas, siendo él quien logró llevar el apellido a lo más alto. Su abuelo fue el magistrado que presidió las Audiencias Territoriales de La Coruña, Valladolid y Valencia, y su padre, fallecido hace cuatro años, ejerció como teniente fiscal del Tribunal Supremo. Los tres compartían nombre y él a su vez, continuó con la tradición llamando Cándido a su hijo, la cuarta generación. En alguna entrevista, este abogado, de 43 años y buen porte, confesaba que se sentía como el garbanzo negro de la familia, y realmente estaba acertado en sus palabras, tras conocerse que ha pasado un par de noches en los calabazos por una presunta agresión sexual en grupo a una prostituta.

El presidente del Constitucional está casado en segundas nupcias con Clara Martínez de Careaga, vocal del Consejo General del Poder Judicial, con la que tiene un hijo en común de 31 años. Conde-Pumpido tiene otros dos vástagos procedentes de un matrimonio anterior; el primogénito es Cándido, el único que ha seguido sus pasos y el que más quebraderos de cabeza le ha dado en la escena pública.

Clara Martínez de Careaga, en su toma de posesión como vocal

El cuarto Cándido de la familia, y el más polémico, nació en el hospital Rosaleda, de Santiago de Compostela. Se formó en el caro colegio bilingüe St. Michael’s School y mejoró su inglés en Hereford, Inglaterra. Posteriormente, cursó Derecho en la Universidad CEU San Pablo. Es socio fundador del despacho Conde-Pumpido & de Porres Abogados, el cual dirige desde mayo de 2008. También es profesor de la Universidad Europea de Madrid y está especializado en derecho penal económico.

Ha llevado ciertos casos controvertidos y mediáticos como el del bailaor Rafael Amargo, actualmente en prisión, o el del juez Elpidio Silva. Además, en 2018 fue investigado por un presunto delito de blanqueo de capitales en un negocio de prostitución. También ha ejercido de colaborador en Espejo Público durante los juicios del Procés.

Lara Dibildos celebra su 52 cumpleaños, el pasado septiembre, con Cándido Conde PumpidoGTRES

A nivel sentimental, recientemente saltó a la prensa del corazón por mantener un noviazgo de cuatro meses con Lara Dibildos. Previamente estuvo casado con la fisioterapeuta Ana R. Fernández Mora, con la que se dio el «sí, quiero» en septiembre de 2014, y con la que tiene dos hijos.

Además de la Justicia, le interesa el fútbol y la música. Es un gran seguidor del Real Madrid y en 2015 creó la banda de pop-rock Alijo Musical junto a dos amigos del barrio de Fuente del Berro. «Aprendimos a tocar juntos. Mejor dicho, fueron ellos los que me enseñaron a tocar la guitarra», dijo sobre esta agrupación con 1.000 oyentes mensuales en Spotify.

Cándido Conde-Pumpido y Pedro Sánchez

A Cándido siempre le molestó que le pusieran el Jr. para referirse a él y diferenciarlo de su padre, aunque sus carreras no tienen nada que ver. El presidente del Constitucional se licenció en Derecho y en Ciencias Económicas y Empresariales en la Universidad de Santiago de Compostela y comenzó su carrera judicial en Zamora y en Orense. Aquel juez de provincias, amante de los focos, necesitaba más proyección. Sus casos más mediáticos se contextualizan en la «guerra sucia» contra ETA: como la condena al ex director general de la Guardia Civil Luis Roldán y al ex ministro del Interior José Barrionuevo por el secuestro de Segundo Marey.

En abril de 2004, gracias a José Luis Rodríguez Zapatero, comenzaba su camino para convertirse en el fiscal general con el mandato más largo de la historia de España. El magistrado pronunció en aquella época la célebre frase que lo ha perseguido durante años al señalar que «el vuelo de las togas de los fiscales no eludirá el contacto con el polvo del camino».

A principios de este año, Conde-Pumpido, candidato oficioso de la Moncloa, era nombrado presidente del Tribunal Constitucional, quedando en sus manos las causas más políticas del Gobierno y la arquitectura de la ley de amnistía.