El Rey ha sido el encargado de depositar una de las coronas de flores en memoria de los fallecidos, concretamente una corona de amapolas rojas –que simbolizan el consuelo– con hojas negras de luto. El diseño no era genérico y estaba dedicado a sus antecesores fallecidos: su bisabuelo, Jorge V; su abuelo Jorge Vi, y su madre, Isabel II.