Los extraños regalos que recibe Carlos III por su 75º cumpleaños

Por su cumpleaños, Carlos III regala a sus súbditos un nuevo retrato sin oropeles y anuncia un nuevo proyecto. Al contrario que su madre, Carlos que lleva un año en el cargo y el pasado estaba de luto, celebra en privado su onomástica el mismo día que vino al mundo en Buckingham.

Cuando Carlos cumplió 70 años recibió un regalo que le fascinó; tres colmenas de abejas, pero no esas cajas que vemos repartidas por los montes. No, las suyas son más regias. Las colmenas soberanas son de piedra como esculturas labradas. Las tiene en su palacio favorito, el de Highgrove en Gloucestershire. Allí, en sus jardines, lo mismo te puedes encontrar caballos en libertad, infinidad de arboles frutales, un huerto amurallado o miles de flores. Esa enorme propiedad es un paraíso para sus abejas. Una afición, la apicultura, que le une más a su esposa Camila, que también tiene colmenas en el jardín de Wiltshire, la casa que se compró al divorciarse de su primera marido. Y de allí sale una miel que luego venden en sus tiendas reales oficiales.

Por cierto, no sólo la ciudad londinense se decora con felicitaciones a su rey y en donde no hay noticias de Harry y Meghan, también, en esos comercios oficiales de la corona inglesa, han puesto a la venta un whisky especial para celebrar los 75 años del Rey Carlos. Dicen que es un alcohol limitado porque está elaborado con su propia malta cultivada en Highgrove, su residencia favorita desde que en 1980 se hiciera con ella, y que está abierta al publico. Recibe unos 40.000 visitantes al año.

Y por cierto, hoy el Rey y su esposa como regalo de cumpleaños ponen en marcha el The Coronation Food Projet, un ambicioso proyecto que quiere acabar con el desperdicio de alimentos en todo el Reino Unido, redistribuyendo los excedentes.