El único obstáculo que hizo dudar a Brigitte al empezar su relación con Emmanuel Macron

«El amor todo lo puede». Esta podría ser la frase que mejor definiría la historia de amor entre Emmanuel Macron y su esposa Brigitte Trogneux, dado que ni la diferencia de edad ha podido destruir lo que en su día construyeron. «Mamá, hay un chico en mi clase que está loco y lo sabe todo de todo». Estas palabras fueron la primera referencia que Trogneux tuvo del actual presidente de Francia. Cuando Emanuel tan solo tenía 15 años de edad acudía a casa de su compañera de clase, Laurence, hija de Brigitte, cargado con ramos de flores. Todos pensaban que éste trataba de conquistar a la adolescente, pero la sorpresa fue magna cuando trascendió la noticia, ya que iban hacia su progenitora, de 40 años de edad por aquel entonces.

Su idilio fue comentado porque llamaba la atención que dos personas de generaciones tan distantes pudieran mantener un romance que llegaron a consolidar con el tiempo durante más de 30 años. El pasado fin de semana, la esposa de Emanuel Macron protagonizó la portada del diario Paris Match.

Pero eso no fue todo porque, además, concedió una entrevista en la que habló sobre su relación con su marido. «Cuando lo conocí, estaba hecha un lío», confesó la exprofesora. «Mi padre acababa de morir, y dentro de mí había un huracán», continuó. Durante el curso de 1993-1994, era docente en el colegio jesuita privado al que asistía Macron, La Providence. Al mismo, también asistían sus tres hijas, de edades similares a la de su actual marido: Sébastien, de 1975, Laurence, de 1977 y Tiphaine, de 1984. Fue la segunda de ellas quien compartió aula con Macron y quién le dio la avanzadilla a su madre de su existencia y con quien asistía también a las clases de teatro que Brigitte impartía.

Por aquel entonces, el nombre de Brigitte Trogneux era conocido en la alta sociedad por dos nombres en particular. El primero, su padre Marc Trogneux, casado con la ama de casa Simone Pujol, propietario de un millonario negocio de chocolate y dulces con tiendas repartidas por todo el país galo. El segundo, se trataba del banquero André-Louis Auzière con quien estuvo casada más de tres décadas y quien poseía un gran patrimonio.

Cuando presentaron la obra que habían practicado durante todo el semestre, El arte de la comedia, de Eduardo De Filippo, Emmanuel ya se había declarado a Brigitte y ambos comenzaron una relación en el más absoluto secreto. Como era de esperar, el escándalo no tardó en circular y tanto los padres de ambos como el colegio llegaron a recibir cartas anónimas e incluso escupitajos en las puertas de sus hogares. Pese a que Emanuel Macron cumplía la edad legal sobre el consentimiento en Francia, existen leyes que prohíben las relaciones entre profesores y alumnos menores de 18 años. Un delicado tema que podría haberla condenado a tres años de prisión.

Entre algunos de los secretos que ha desvelado en la entrevista ha confesado que, aunque hubo un tiempo en el que estuvieron separados el destino volvió a unirlos. Ha destacado que pospuso la boda con Macron durante diez años «para no arruinarles la vida a mis hijos». «El único obstáculo eran mis hijos (...). Puedes imaginar lo que estaban escuchando. Pero, por otro lado, no quería perderme mi vida», ha explicado. Según ha dado a conocer, «el romance floreció y provocó un escándalo en la localidad», lo que hizo que los padres de Emmanuel decidieran enviarle a París. Brigitte pensó que el joven conocería a alguien allí de su edad y se olvidaría de su profesora, pero cuando él se despidió le espetó «¡No te desharás de mí, volveré y me casaré contigo!». Y cumplió su palabra.