Un Rey de baja: los otros problemas médicos de Carlos III, además de la próstata
Dedos hinchados, fracturas y molestias en la espalda; repasamos el historial médico del Rey tras su operación de próstata
Carlos III, de 75 años, se recupera de su intervención quirúrgica por un agrandamiento de la próstata, practicada en The London Clinic. El Rey optó por dejar su tratamiento en manos de la misma clínica en la que su nuera, la Princesa de Gales, Catalina Middleton, se encuentra ingresada desde hace varios días, a consecuencia de una cirugía abdominal cuyos detalles no han trascendido, por el momento.
Fue el pasado día 17 de enero cuando la Casa Real británica emitió un comunicado anunciando que el Rey Carlos III iba a pasar por quirófano. «Al igual que miles de hombres cada año, el Rey sufre agrandamiento de la próstata. La dolencia de Su Majestad es benigna y acudirá al hospital la próxima semana para un procedimiento correctivo. Los compromisos públicos del Rey se pospondrán durante un breve período de recuperación», rezaba el escrito.
Pero dicha brevedad se ha alargado más de lo previsto. Si bien en un principio Carlos III iba a estar hospitalizado una sola noche, hasta el sábado, finalmente el equipo médico del soberano le recomendó permanecer en el centro médico durante todo el fin de semana, para mantener así su vigilancia y actualizar en tiempo real su estado de recuperación.
Del mismo modo, los especialistas habrían manifestado a Carlos III su deseo de que retrase su incorporación al trabajo durante dos semanas, si no hay complicaciones, y no una, como se preveía.
Historial médico
Esta no es la primera vez, sea como fuere, que Carlos III se somete a una intervención quirúrgica y es noticia por cuestiones médicas. Solo durante la práctica deportiva, sobre todo en su juventud, el soberano se rompió un hombro mientras cazaba y una costilla mientras galopada detrás de un zorro. Asimismo, sufrió una caída del caballo durante un partido de polo, se fracturó el brazo derecho en un daño similar, en 1990; y se sometió a una cirugía de tipo láser para aliviar una molestia de rodilla, fruto de su participación en carreras oficiales.
Es digno de mención aquí que, durante las siete décadas en las que encabezó la línea de sucesión al trono británico, el Rey Carlos III desarrolló un sinfín de actividades deportivas y fue polista de Gran Bretaña.
Más próximo en el tiempo, en 2001, Carlos tuvo un percance en su finca de Highgrove mientras serraba la rama de un árbol: le entró una astilla en el ojo izquierdo por la que tuvo que llevar una venda varios días. Dos años después, en 2003, el Rey del Reino Unido y soberano de los otros catorce reinos que forman parte de la Mancomunidad de Naciones, pasó por quirófano por una hernia. Y lo mismo hizo en 2008, esta vez, debido a un tumor no cancerosos en la cara.
Y nada queda ahí. En los últimos tiempos, el Rey Carlos III se ha convertido en noticia por un problema de salud que vio la luz el pasado mes de mayo, durante el día de su coronación. Y es que fueron muchos los asistentes al evento que repararon en sus dedos, que mostraban una gran hinchazón. Carlos III sufre de dactilitis, una dolencia que se manifiesta a través de la inflamación de los dedos, bien en las manos o en los pies, debido a la acumulación de líquido sinovial. Esta afección se conoce vulgarmente como la enfermedad dedos de salchicha.