Isabel Preysler desvela el truco de belleza que no se salta ni un día

El retrato más certero de Isabel Preysler a través de su documental nos descubrió a una mujer perfeccionista, profundamente familiar y con un halo de misterio que le ha permitido mantenerse durante más de 50 años en la cima de la prensa social.

Basta con que ponga el pie en una de las mil fiestas que se celebran en Madrid, para tener garantizada su presencia en tres portadas de las principales revistas del corazón en la misma semana. Recibe varias convocatorias al día, pero dosifica muy bien sus apariciones y solo dice «sí» a aquellas en las que cree y donde están detrás sus amigos.

Isabel ha querido apoyar a Maribel Yébenes en la apertura de su nueva boutique experencial de estética avanzada, en la calle Velázquez, donde confesó algunas de sus rutinas de belleza. «Además de llevar una correcta alimentación y un estilo de vida saludable, me mantengo muy activa y sigo las rutinas que me recomiendan en este centro», declaró en el acto. Aseguró que su mejor truco de belleza es limpiarse la cara, antes de acostarse, una práctica que también ha inculcado a sus tres hijas. Tamara es, a su juicio, la más coqueta y la que más se preocupa por su físico. La ve feliz en su nueva etapa como mujer casada y asegura que no está agobiada de cara a ser madre.

La reina de corazones compartió velada con muchos rostros conocidos como Isabelle Junot, Pablo Motos o Juan del Val, estos últimos compañeros de trabajo de su hija Tamara Falcó. Demostró la buena sintonía con ellos y de hecho, regaló a El Hormiguero uno de sus mejores datos de audiencia.

Respecto a su situación sentimental, está más que acostumbrada a que le adjudiquen un novio cada semana, aunque ahora mismo tiene claro está feliz disfrutando de su soltería. «No, no me estoy viendo con nadie», respondía. Tampoco es un asunto al que le conceda gran importancia: «Es que no me estoy viendo con nadie. Tampoco tengo ganas, estoy muy bien como estoy», afirmaba.

Y cuando uno le pregunta en petit comité por qué no se ha vuelto a enamorar, esboza una sonrisa y habla de sus nietos. Ejerce como una abuela ejemplar y es feliz en su papel de «lala» como la llaman cariñosamente los niños. A principios de año, la veíamos abrazando a los pequeños Miguel y Mateo, hijos de Ana Boyer y Fernando Verdasco, en el aeropuerto de Madrid. El matrimonio espera ahora su tercer hijo. A Isabel le sobra con el cariño y amor de sus hijos y nietos.