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Teresa Urquijo junto a Luisa Bergel frente al Duomo de Milán

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Las cinco claves de la despedida de soltera de Teresa Urquijo en Milán

La joven de 27 años fue sorprendida por su grupo de amigas para celebrar por todo lo alto su adiós a la soltería

Faltan apenas dos meses para que José Luis Martínez-Almeida y Teresa Urquijo se casen en una de las bodas más seguidas de la temporada. Continuando con los preparativos y fiestas previas al gran día, la joven de 27 años se ha escapado junto a un grupo de amigas a Milán para celebrar su despedida de soltera.

Era Luis Bergel, íntima amiga de Teresa y de Tamara Falcó, quien ha compartido en redes sociales el álbum privado de la última escapada de la prometida de Martínez-Almeida antes de su enlace. El grupo de 7 amigas viajó desde Madrid hasta la capital italiana; un vuelo en el que aprovecharon para colocarle a la aristócrata sus complementos como futura novia. Entre ellos, un sombrero de cowboy en el que se podía leer la palabra Bride –novia, en inglés–.

Recogidas por un chófer en el aeropuerto, las siete se alojaron en uno de los exclusivos establecimientos de la cadena Room Mate, donde trabaja Cristian Flórez, marido de Luisa Bergel. Se trata, en concreto, del ático de Be Mate Via Tivoli, en las inmediaciones del Castillo Sforzesco, Arena Civica y La Scala, cuyo precio ronda los 1.000 euros el fin de semana.

Desde allí, aprovecharon las mañanas para hacer turismo por la ciudad italiana y las noches para celebrar por todo lo alto el próximo enlace de su amiga. Cena en un restaurante asiático, karaoke, bailes en una discoteca mientras tomaban una copa...

La primera parada fue para tomar una copa en N’Ombra de Vin, donde todas pudieron brindar junto a Teresa Urquijo. La velada continuó en uno de los restaurantes asiáticos más famosos de la ciudad, Ronin, cuyo principal reclamo, además de la comida, es la música en directo y el karaoke. Desde allí pusieron rumbo a Apophis Club, una de las discotecas de moda ubicada en pleno centro y donde bailaron al ritmo de la música en un reservado.

Un viaje inolvidable que terminaba alrededor de las cinco de la mañana, con algunas de las amigas de la novia grabando vídeos para TikTok, en los que queda claro que todavía tienen ganas de seguir divirtiéndose.

El pasado 27 de enero celebraron con gran privacidad su pedida de mano, que tuvo lugar en Los Molinillos, la finca que la abuela paterna de la novia, Carmen Fernández de Araoz, conocida como Pitu Urquijo, tiene en Navalagamella, a unos 25 kilómetros de Madrid. Una propiedad que ya encandiló en su día a Ernst Hemingway, que la incluyó en su libro Por quien doblan las campanas, y en donde se llevó a cabo el tradicional intercambio de regalos entre los contrayentes. Almeida acudió al joyero familiar y escogió un broche vintage y un ramo de 72 rosas rojas valorado en 350 euros. Ella, en cambio, le obsequió, cumpliendo con la tradición, con un reloj.

Cien fueron los testigos de la pedida. Un número reseñable que demuestra la extensa familia de ambos, teniendo en cuenta que al evento solo estaban invitados familiares directos y amigos íntimos. Solo el alcalde tiene cinco hermanos y 17 sobrinos. »Un día dije, cuando hacíamos las listas electorales, que solo podía haber una cosa más difícil que las listas electorales y era hacer las mesas de una boda y ahora lo estoy comprobando», señaló en Espejo Público.