La importante duda que Tamara Falcó ha resuelto con su director espiritual

De su madre heredó la elegancia y poder mediático y de su padre su porte aristocrático. Tamara Falcó sigue cotizando al alza en la prensa social y continúa siendo el personaje que más titulares genera. La marquesa de Griñón demostró el pasado jueves que convierte en éxito todo lo que toca, en el inicio de la Semana de la Moda de Madrid.

Su luna de miel, al puro estilo Memorias de África, ha inspirado su nueva colección para Pedro del Hierro. Tamara se presentó con una chaqueta sahariana en verde militar, falda wrap, camiseta blanca y zapatos de tacón metalizados. Una sahariana que va a ser máxima tendencia este 2024 de nuevo. «No vengo guerrera, mi look está basado en la colección inspirada en mi luna de miel. Me parece súper elegante, como mi padre, siempre vestido de safari. Además, sigue mucho las tendencias de París, tenía muchas razones para hacer una colección así», declaró.

Antes del desfile, Tamara desató la locura en el photocall donde se pronunció sobre su relación con su marido, Íñigo Onieva, y la constante publicación de rumores e informaciones falsas sobre su vida. No hay nada peor que preguntar a un matrimonio recién casado por sus planes de ampliar la familia, pero ella habló de forma natural sobre el tema. Admitió que sigue visitando un centro de fertilidad y aclaró que se trata de un tratamiento natural que hay que seguir durante un promedio de dos años. «Es un estudio del cuerpo de la mujer, que es mucho más complicado que el del hombre. No nos hemos dado ningún plazo», matizó.

No se trata de una fecundación in vitro, pero asegura que cada caso es muy personal y que ella, a sus 41 años, ha reflexionado sobre esta posibilidad para ser madre, consultándole a su director espiritual. Su profunda fe católica le impediría someterse a este proceso. «Cada caso es particular y yo lo hablo con mi director espiritual. Lo que pasa es que, dentro de la fecundación in vitro, al principio se hicieron muchas barbaridades. No en España, pero sí fuera. Muchos de los embriones fecundados se congelaban y se utilizaban para experimentar», asegura.

«Hace poco me contaron que había un movimiento para adoptar embriones fecundados que no se utilizaron. Me parece muy bonito».

Respecto a los constantes rumores de crisis, niega que esté durmiendo últimamente en casa de su madre y no en el piso que comparte con Onieva. «Eso sí que no es verdad. Yo tengo mi cuarto en casa de mi madre, y estoy todo el día entrando y saliendo porque ahora vivo en Puerta de Hierro, pero yo duermo en mi casa. Pero a casa de mi madre voy a por tuppers, a mi clase de gimnasia, a estar con ellas. Es que Ramona es muy buena. Pero no es verdad que durmamos separados, en mi piso solo hay una cama», afirma.